Acosado por la crisis sanitaria y económica de la pandemia del Covid-19, con su rival electoral Joe Biden al frente de las encuestas y a 80 días de la cita con las urnas para su reelección, a Donald Trump no le sobran victorias. Ayer se anotó una histórica con el anuncio de la normalización de relaciones entre Israel y Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Trump aseguró desde el Despacho Oval que EE.UU. forma parte del acuerdo y el secretario de Estado, Mike Pompeo, explicó que «tras un vigoroso esfuerzo diplomático», el presidente y sus homólogos en Israel y EAU habían firmado el plan para el establecimiento de relaciones.
El presidente celebró el logro flanqueado por el embajador de EE.UU., David Friedman, y por su asesor y yerno, Jared Kushner, al que Trump puso al frente de la negociación de un acuerdo de paz para Oriente Medio que hasta el momento no ha dado ningún fruto.
El logro con Israel y Emiratos Árabes Unidos otorgará a Trump un manto de estadista mundial en un momento de necesidad para el presidente. «Desde el acuerdo de paz entre Israel y Jordania hace más de 25 años no se había hecho tanto progreso hacia la paz en Oriente Medio», dijo sobre el anuncio, que calificó de «momento verdaderamente histórico».
Los dos anteriores acuerdos similares de países árabes con Israel se produjeron bajo el timón de un presidente demócrata: Egipto, con Jimmy Carter; y Jordania, con Bill Clinton.
«Espero que vengan después más países árabes y musulmanes», dijo Trump, que adelantó que «ya hay negociaciones con otras naciones».
El acuerdo se ratificará con una ceremonia de firma en la Casa Blanca, con pompa histórica. Todavía no hay fecha para ello, pero hay algo seguro: será antes de la cita con las urnas para la reelección de Trump.
