La vida de Rocío Carrasco ha dado un giro radical en el último año. La hija de la desaparecida Rocío Jurado ha pasado del ocultismo mediático a ocupar asiento en primera fila televisiva; en primer lugar, por la participación de su exmarido, Antonio David Flores, y su hija, Rocío Flores, en diversos programas de entretenimento. Pero también la propia Rociíto ha decidido «dar la cara» y regresar a la televisión para participar en el programa de RTVE, «Lazos de sangre».
Allí ha demostrado seguir el mismo camino que en los últimos años y no hablar bajo ningún concepto sobre el conflicto por el que lleva unos ocho años sin hablarse con su hija mayor, y otros tantos con David, el pequeño de los hermanos. Eso sí, no lo ha dudado a la hora de presumir de su marido, Fidel Albiac, y de las más de dos décadas que llevan juntos.
Lo ha hecho esta semana, en el programa dedicado a Manolo Escobar, cuando recordaron la bonita historia de amor que vivió durante 50 años con su mujer, Anita Marx. Así, Carrasco asegura sentirse sumamente afortunada por seguir compartiendo sus días con el hombre de su vida: «Yo tengo esa suerte de haber encontrado un amor duradero. 21 años llevamos ya Fidel y yo».
Sin ocultar una enorme sonrisa, la hija de Pedro Carrasco respondió así de clara la pregunta de Boris Izaguirre sobre el secreto de su relación: «No hay receta para eso. Es amor, respeto y admiración por ambas partes. Es lo esencial en una pareja».
Estas declaraciones llegan meses después de que el abogado sevillano fuera señalado por algunos de los miembros de la familia de su mujer, así como de personas de su entorno, como el culpable del distanciamiento entre Rocío Carrasco y sus hijos. Una polémica a la que ella responde sin miramientos con dicha declaración de amor.