La venta de bicicletas se ha disparado en Portugal desde que arrancó el confinamiento, lo cual coloca al sector como beneficiado en pleno contexto de crisis sanitaria. Tanto es así que el periodo comprendido entre mayo y julio de este atípico 2020 ha visto cómo se ha incrementado la adquisición de estos vehículos de dos ruedas nada menos que un 500%.
Una subida meteórica que se explica por el hecho de que la mayor demanda se vincula a este medio de transporte individual y que circula al aire libre, por lo que se garantiza con creces la seguridad de quien se desplaza. También influye que el país vecino tiene 1.793 kilómetros de litoral, desde el Algarve hasta el límite con Galicia, y con el buen tiempo resulta muy atractivo trasladarse de esta forma, con el viento fresco en la cara y una menor emisión de gases de efecto invernadero.
Además, se está demostrando que los servicios para alquilar y compartir bicicletas están en desuso, pues implica más riesgo para el cliente que se monta a continuación. Es decir, las empresas dedicadas a estas prestaciones deberían invertir más en desinfectar tras cada utilización, si no quieren ver su actividad paralizada.
Pero este 500% extra retrata un afán por la propiedad de estos equipamientos y el entusiasmo de los portugueses a la hora de comprarlos, de acuerdo con la estadística de la web especializada KuantoKusta (Cuánto Cuesta). Es el comparador de precios más popular para este tipo de producto al otro lado de la frontera y se decidió a elaborar el estudio cuando vio que se agotaban todas las unidades disponibles a finales de julio.
El gerente de la empresa, Paulo Pimenta, certifica la ascensión con toda claridad: «Hay una demanda bastante elevada y la oferta escasea. Bueno, esperamos que la oferta se incremente las próximas semanas, una vez que la producción en las principales fábricas comience a dar respuesta al aluvión de pedidos».
A su juicio, el aumento no solo está relacionado con el miedo al contagio cuando uno pone en práctica la movilidad, también con la elección para sustituir incluso al gimnasio como mecanismo para mantenerse en forma. Igualmente, se evita el riesgo de contraer el coronavirus en el espacio cerrado de un autobús o del suburbano, por ejemplo.
Así las cosas, se han multiplicado los desplazamientos en bicicleta tanto para acudir al centro de trabajo como para aprovechar el ocio personal en los alrededores de las ciudades grandes y medianas.
Estamos ante un medio de transporte saludable y ecológico, con variantes todoterreno cada vez más demandadas por los clientes, mientras más y más ayuntamientos construyen carriles específicos en las principales vías. Hombres entre los 25 y los 44 años integran el colectivo que más se apunta a esta tendencia al alza.
Se da la circunstancia de que Portugal se distingue como el primer productor europeo de bicicletas, con 2,7 millones de unidades en 2019, por encima de los 2,1 de Italia y los 1,5 de Alemania. A continuación, se sitúan Polonia, Países Bajos, Francia, Bulgaria, Rumanía, República Checa, Austria y Lituania. En cuanto a España, surge en el 12º lugar.
Si tenemos en cuenta el indicador de las exportaciones, el país vecino se queda en segundo lugar. En el año en que Lisboa es la 'capital verde' a nivel internacional, la Administración local pone en marcha un programa para subvencionar estos vehículos, una iniciativa que sirve de aliciente para los usuarios.