Conducir con mucho calor puede ser peligroso. Basta un dato: según la Dirección General de Tráfico, una temperatura en el habitáculo del vehículo de 35 grados equivale a una tasa de alcohol en sangre de 0,5 gramos por litro, el límite permitido por la ley.
Para un hombre de entre 70 y 90 kilos el impacto es similar al de haber bebido dos tercios de cerveza antes de la conducción; mientras que para una mujer, equivale al consumo de un tercio de cerveza, según las tablas que publicamos con las equivalencias hace varios meses.
Consejos para enfriar el coche
Además del consejo más evidente, encender la climatización, es recomendable bajar un poco las ventanillas durante los primeros minutos, a la vez que se enciende el aire acondicionado. Así, mientras el climatizador inyecta aire frío en el habitáculo, el caliente, más ligero, escapa por las rendijas.
Otra ingeniosa técnica consiste en bajar completamente una ventanilla del vehículo antes de abrir y cerrar enérgicamente la puerta del lado opuesto cinco veces. El efecto de presión-depresión generado por el movimiento de la puerta provoca una fuerte corriente de succión dentro del habitáculo. Así, el aire caliente sale por la puerta y es sustituido por el fresco que entra por la ventanilla abierta.