Desde el año 2007, en Sevilla no se inaugura ningún aparcamiento público en torno al Centro. Aquel año se puso en marcha el de José Laguillo, con 340 plazas, que no resolvió el endémico problema del déficit de estacionamientos en el perímetro del casco histórico. En este tiempo, los gobiernos de Juan Ignacio Zoido y Juan Espadas no han sido capaces de reactivar ninguno de los que se han ido planteando históricamente. El PP no pudo comenzar ni uno solo de los que pretendió (Triana, El Cid, La Florida y Luis Montoto) ni el PSOE ha sacado aún del papel los tres que lleva anunciando desde hace tres años (El Cid, Marqués de Paradas y Torneo).
La construcción de los parkings rotatorios en el cinturón más próximo al Casco Antiguo es una pieza esencial para que funcionen las restricciones al tráfico, que ahora Espadas ha rescatado haciendo propia una exigencia de Adelante Sevilla, su último socio presupuestario. El gobierno municipal, que durante el primer mandato no quería oir ni hablar del fracasado Plan Centro de Sánchez Monteseirín que tumbó Zoido cuando llegó a la Alcaldía, va a volver a ponerlo en marcha con otro nombre -«Respira Sevilla»- y algo más de flexibilidad, pero con las mismas carencias que dilapidaron el proyecto del anterior gobierno del PSOE con IU.
Ese mal histórico del que adolece la capital tiene unas cifras muy elocuentes: en los últimos veinte años sólo se han puesto en marcha 2.300 plazas de estacionamiento público en la corona del Centro y, de los 21 garajes municipales proyectados en los años 80 en este entorno, se han construido nueve. Tanta es la falta de aparcamiento que el gobierno municipal se ha visto obligado a permitir que, de nuevo, el solar de la Torre de la Plata se llene de coches para poder dar una solución a los residentes, aunque ello conlleve retrasar el proyecto de ejecución del Museo de la Semana Santa y de revalorización del conjunto histórico de la Casa de la Moneda.
Por otro lado, Espadas encargó en enero de 2019 un estudio de diagnóstico del aparcamiento en la ciudad y anunció que en 2020 se iban a desarrollar tres proyectos cruciales para aliviar este déficit. Estos «aparcamientos disuarorios», que deben ser una alternativa para evitar que los vehículos accedan al casco histórico, aumentarían en otras 800 plazas la oferta actual, con un coste estimado de 23 millones de euros.
En concreto, a lo largo de este año debían licitarse los parkings subterráneos de Torneo, Marqués de Paradas y la avenida del Cid. La intención, según se aseguraba en enero, era empezar a tramitarlos para poder sacarlos a licitación para que una empresa los gestione, aunque en el caso del tercero es la propia compañía privada la que ha hecho la propuesta concreta. Así, se inició la tramitación de los mismos mediante su salida inicial a información pública.
Desde entonces, nada más se ha vuelto a saber sobre estos nuevos aparcamientos, que siguen sin estar adjudicados después de dos años siendo promesas en ruedas de prensa. No obstante, el Ayuntamiento sí se ha apresurado a poner en marcha el Plan Respira, que limitará los accesos al Casco Antiguo mediante un sistema de cámaras. Todo ello, sin consenso entre los comerciantes, ni de la oposición, y con una crisis económica en ciernes por un pandemia que ha obligado ya a echar el cierre a numerosos comercios del Centro.
Los tres proyectos
La Gerencia de Urbanismo terminó hace meses el diseño del parking que debe ir ubicado en Torneo frente a la calle Santa Ana, en una zona libre de arbolado contigua al paseo de Juan Carlos I y que une las calles Curtidurías con Narciso Bonaplata. Esta infraestructura costaría 3,1 millones y daría servicio a 171 vehículos en rotación. Previamente, se debe compatibilizar con la reurbanización que se ha ideado para esta zona del paseo. Respecto al de Marqués de Paradas, el proyecto es algo más ambicioso, aunque a que en esta zona hay algo más de oferta. El plano cuenta con 258 plazas en tres plantas subterráneas, en un tramo que va desde Reyes Católicos a Julio César.
Por su parte, en el Prado se anunció la construcción de otro aparcamiento subterráneo bajo la glorieta de El Cid. El proyecto es mucho más costoso y con más plazas que los anteriores. También, se preveía que la tramitación fuese aún más lenta ya que primero debía dilucidarse el recorrido de la línea 3 del metro, que se ha definido recientemente. En este caso, los coches se estacionarán en vertical gracias a un robot que los va distribuyendo por los espacios vacíos. La empresa Dibein, especializada en este tipo de parkings, puso sobre la mesa el proyecto y el Ayuntamiento sí incoó el expediente de tramitación para ejecutarlo lo antes posible. Una vez en marcha, la ciudad ganaría 394 plazas para turismos y 40 motos en esta zona con tremendas carencias, con una inversión de 15,3 millones de euros para tres plantas.
El Consistorio mantiene el firme compromiso de desarrollarlos durante este mandato y que no queden en papel mojado como tantos otros que se han prometido en los últimos lustros. Fuentes municipales aseguran que «son necesarios y se harán», aunque posteriormente a la entrada en vigor del Plan Respira, ya que los pliegos de las cámaras están más avanzados que los de los aparcamientos. Cabe recordar que el tiempo, los problemas económicos, los difíciles trámites urbanísticos y la desidia política descartaron los estacionamientos en la Alameda de Hércules, la plaza de la Encarnación (estos dos porque no se permiten ya en el interior del Centro), la Barqueta o la ampliación del aparcamiento del Paseo Colón. Algo más alejados, pero también fracasados, son los prometidos en Luis Montoto, La Florida, San Bernardo (se habilitó el solar de la calle Campamento), el Canal de los Descubrimientos (ahora se pretende que sea una zona verde) y San Martín de Porres.
