Quien fue la enfermera del expresidente venezolano Hugo Chávez habría guardado su fortuna en oro en una cámara secreta a través de una empresa fantasma establecida en la isla caribeña San Vicente y las Granadinas. Claudia Patricia Díaz Guillén, que asistió al fallecido presidente mientras estuvo luchando contra el cáncer desde 2011 hasta su muerte en 2013, compró 250 lingotes de oro, de un kilo cada uno, valorados en más de 9,5 millones de dólares, según registros judiciales de Liechtenstein obtenidos por «Associated Press» (AP).
El plan de Díaz era que su riqueza se almacenara en una bóveda privada dentro de Liechtenstein y que estuviesen disponibles para ella y su hijo, una vez que él cumpliera los 18 años de edad. Las investigaciones arrojaron años después que una parte de esos lingotes habría sido vendida por un representante de Díaz y el dinero se habría depositado en un banco suizo. Las transacciones están bajo una investigación internacional por el presunto saqueo de fondos estatales durante el Gobierno de Chávez y el de su heredero político, Nicolás Maduro.
La mujer, que está exiliada en España ha dicho que todo lo que tiene fue gracias a su «honesto trabajo». De 46 años, Díaz se encargó de la Oficina Nacional del Tesoro de Venezuela entre 2011 y 2013, desde donde administró un fondo multimillonario en el que se depositaban las ganancias de las exportaciones de petróleo y que eran manipuladas por el tipo de cambio que ha estado controlado por el chavismo. Pero en medio de las tensiones entre Estados Unidos y su país, la mujer huyó con su marido, Adrián Velásquez, un militar y escolta de Chávez.
El matrimonio está siendo investigado en España por la compra de un piso de 1.52 millones de euros en Madrid, y ambos enfrentan sanciones estadounidenses por presuntamente participar en planes de malversación de fondos que involucra el robo de miles de millones de dólares de Petróleos de Venezuela (PDVSA).
En abril de 2018, Díaz quedó arrestada en España luego de que aparecía en la investigación de los papeles de Panamá por, supuestamente, haber recibido ayuda del bufete panameño Mossack Fonseca para proteger una fortuna que nunca declaró, según informó en ese momento el fiscal general de Venezuela, Tarek Saab.
Díaz, que perteneció al círculo cercano de Chávez, dijo en diciembre de ese mismo año a la BBC que podía enfrentarse a la justicia pero que temía que fuese extraditada a Venezuela, donde la reclaman, a ella y a su marido, por presuntos delitos de blanqueo y enriquecimiento ilícito mientras ocuparon cargos públicos durante el Gobierno de Chávez. Pero la solicitud del régimen de Maduro fue negada el año pasado por un Tribunal español que alegó que el miedo de la mujer se debía a que podría enfrentar torturas si la enviaban de regreso a su nación.
Las transacciones por la venta del oro están siendo investigadas por ser de empresas de maletín y por banqueros muy cuestionados que hicieron movimientos que convirtieron a Venezuela en uno de los más corruptos del mundo. «Si bien se estima que hasta 300.000 millones dólares han sido saqueados de las arcas estatales de Venezuela en dos décadas de gobierno socialista, la comprensión de los investigadores sobre cómo se lavó el dinero sucio aún está emergiendo», precisa el texto de AP.
