Ciudadanos va a negociar su apoyo a los Presupuestos del 2021 pensando "en lo que es mejor para los españoles y no va a mirar a quién tiene "a los lados o a su espalda" ni "a nadie" y eso incluye al PP, asegura en una entrevista a Efe el portavoz adjunto de Cs en el Congreso, Edmundo Bal.
Todo lo que han hecho hasta ahora, durante la pandemia, lo han hecho "sin mirar lo que hacían otros grupos y eso es lo que vamos a seguir haciendo", afirma Bal ante la posibilidad de que el PP se descuelgue de esas negociaciones de los presupuestos.
Unas negociaciones que para el dirigente naranja es prioritario emprender teniendo en cuenta la dimensión de la crisis económica y social provocada por la covid, con una caída del PIB del 18,5 por ciento y la destrucción de un millón de empleos en el segundo semestre del año. Eso no quiere decir -subraya- que Ciudadanos vaya a convertirse a partir de ahora en el socio preferente de Pedro Sánchez porque no lo es: "Lo hemos dejado clarísimo en todas nuestras intervenciones, es un Gobierno malo para España, no nos gusta nada".
Otra cosa muy distinta, explica, es que Cs como ha hecho durante la pandemia apoyando al Ejecutivo en todas las prórrogas del estado de alarma y en el decreto de Nueva Normalidad, siga en esa misma línea de "aportar utilidad y moderación" para tratar de sacar a España cuanto antes de esta situación.
Y Cs, argumenta Bal, lo que puede conseguir en la negociación de los Presupuestos sin ser socio de Sánchez es que éstos "estén centrados y llenos de soluciones que permitan que este país no esté en manos de Rufián, Otegi y Pablo Iglesias", que evite los radicalismos populistas y los nacionalismos, subraya, para remontar la crisis.
Así han actuado durante estos últimos meses, recuerda Bal, cambiando sus apoyos por "promesas buenas para los españoles" como han sido las moratorias fiscales, las ayudas a los autónomos o la desvinculación de los ERTE del estado de alarma. Un cambio de estrategia que se ha evidenciado con el nuevo liderazgo de Inés Arrimadas y la marcha de Albert Rivera, que llevó el partido desde un máximo de 57 escaños, que hicieron tambalear al PP, hasta los diez conseguidos en las últimas elecciones.
Ya no está Rivera, que jugó sus cartas más a la derecha, y tampoco otros pesos pesados de aquella etapa, como Juan Carlos Girauta o el que fue uno de sus últimos grandes fichajes, el exvicepresidente de Coca-Cola Marcos De Quinto.
Todos ellos abandonaron la formación naranja al no estar de acuerdo con estas decisiones que la nueva dirección fue tomando. "Hay que respetar sus decisiones y me reafirmo en que las que adoptamos son las correctas", afirma. Ciudadanos ha ido repuntando en las encuestas tras la debacle de las últimas elecciones, pero Bal insiste en que lo que lo único que han hecho es "dar una lección de responsabilidad" con el único acicate de conseguir "aliviar el sufrimiento que están padeciendo los españoles en este momento".
En ello están -afirma- y de ahí que vean con mucha preocupación los rebrotes que se están disparando en algunas comunidades autónomas, lo que les ha llevado a exigir a Sánchez que tome el control de la situación y active ya "la declaración de actuaciones coordinadas" con las comunidades autónomas, un mecanismo incluido en el decreto de nueva normalidad.
No cree que el Ejecutivo tenga que declarar el estado de alarma en esas zonas porque, por ahora, considera adecuado esta fórmula de coordinación en cuya redacción ha participado Cs, sin prejuicio -asegura- de que se pueda profundizar en un futuro en el estudio de otras herramientas más contundentes dentro de las propias leyes administrativas". En todo caso, Bal opina que el Ejecutivo puede estar cayendo otra vez "en la imprevisión" a la hora de afrontar "la imprevisión de algunas comunidades" y esto para él es "inadmisible" porque lo que está en cuestión es la economía del país.
Pone como ejemplo la actuación de Madrid, que siendo una de las más castigadas por el coronavirus, no ha esperado a que los contagios se disparen más aún y esta misma semana aprobó el uso obligatorio de las mascarillas en todos los espacios, se prohibieron las reuniones de más de diez personas y se cerró el ocio nocturno a partir de la una y media.
"Torra, en cambio, ha actuado con absoluta imprevisión en Lleida. No es que haya llegado tarde, es que no ha llegado", sostiene. Hablando de Cataluña y de las posibles alianzas que Cs pueda tejer de cara a unas elecciones autonómicas aún sin convocar, Bal señala que su partido apuesta por "una coalición inteligente" en la que estén el PP y el PSC para lanzar "una oferta electoral atractiva también para el votante de centro izquierda, que abomina de los nacionalismos y de la desigualdad".
Hay muchos frentes abiertos en el horizonte político que, para Cs, obligan a mantener la actividad en agosto, sobre todo para afrontar todo lo que tiene que ver con los efectos económicos de la pandemia y la gestión de los fondos de recuperación europeos, pero en septiembre ya hay una cita en la agenda, la moción de censura contra Sánchez anunciada por el líder de Vox, Santiago Abascal.
Una iniciativa que para Bal es "la medida política más inútil" que ha visto en sus quince meses de actividad política y da igual el candidato que propongan, sea o no de Vox, señala al reprochar a este partido -cuyo apoyo les permite cogobernar con el PP en varias comunidades autónomas- que tenga entretenido al Parlamento en septiembre cuando lo que tendrían que hacer es estar volcados al cien por cien en resolver esta crisis sin precedentes.
Al margen de la crisis del covid, aunque es un efecto colateral de la situación de confinamiento, Cs quiere resolver el problema de la ocupación de viviendas que ha crecido en estos meses de encierro hasta el punto de que considera que es una "emergencia" atajarlo. De ahí que hayan vuelto a registrar en el Congreso una proposición de ley para acelerar el procedimiento de desalojo de los que ocupan ilegítimamente una casa y pide responsabilidad al resto de fuerzas para llegar "a una solución justa".
"No creo que en este país haya nadie que pueda estar en contra de una ley que lo que pretende es devolverle a los legítimos propietarios la posesión de su vivienda. ¡Es que clama al cielo!".