En la nueva normalidad y aún en medio de la pandemia de coronavirus, las empresas estudian sus procesos de reapertura para que los empleados laboren en condiciones seguras; sin embargo, uno de sus mayores retos son los recursos económicos que se han visto mermados con el confinamiento.
De acuerdo con JLL, firma internacional de bienes raíces y administración de oficinas, los cambios para el regreso no serán a fondo, es decir, no habrá modificación de mobiliario sino solo una adaptación de espacios y horarios, ya que no se sabe con certeza el rumbo ni el tiempo que tomará detener los contagios o cuándo se tendrá una vacuna para este virus.
“Las compañías tienen poco presupuesto como para hacer enormes gastos para cambiar todo el mobiliario en sus instalaciones, simple y sencillamente no es posible. Lo que estamos viendo es que las sofisticadas van a tratar de limpiar todo lo que no es necesario para que sea mucho más fácil desinfectar”, dijo Pedro Azcué, director de JLL México.
En entrevista con MILENIO, Azcué indicó que uno de los factores críticos que jugarán un papel importante en la creación de espacios de oficina en el futuro, es que pese al éxito reciente del trabajo desde casa, los empleados han manifestado su deseo de pasar tiempo en la oficina.
“Cuando las oficinas abran porque habrá urgencia en algún momento por temas económicos, el tipo de medidas que se verán en compañías grandes será diferente a las locales que tienen menos recursos, pero no vamos a regresar a los niveles de densidad humana que existía previos a la pandemia”.
El plan que ahora se tiene en algunos lugares es limpieza profunda eliminando los objetos innecesarios para que sea más accesible la desinfección; el trazado de rutas de entrada y salida; uso obligatorio de cubrebocas y gel antibacterial, y personal trabajando de manera remota, y “es muy probable que esto se extienda hasta los primeros meses de 2021.
Baja en los ingresos
El paro de actividades económicas tras el confinamiento para evitar más contagios afectó financieramente a las compañías. Una encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que 93.2 por ciento de ellas fue afectada por la pandemia.
La baja de los ingresos es lo que más han padecido las empresas (91.3 por ciento), siendo más afectadas las micro, pequeñas y medianas. La crisis sanitaria obligó a que 59.6 por ciento instrumentara paros técnicos o cierres temporales; la mayoría de éstas (46.7 por ciento) lo hizo por más de 21 días; las menos lo hicieron de 1 a 5 días.
La encuesta Impacto económico generado por el covid-19 en las empresas, reveló que 46.9 por ciento prevé que sus ingresos bajarán los próximos seis meses en comparación con el mismo periodo de 2019; 32.6 considera que se mantendrán igual, y solo 20.5 por ciento que subirán.
En cuanto a posibles apoyos, 92.2 por ciento de las empresas encuestadas no los ha recibido y 7.8 sí los obtuvo.
Azcué aseguró que la demanda de espacios para oficinas está ligada a la economía, por lo que ahora que la pandemia ha llevado al mundo hacia una recesión, es muy probable que en el corto plazo la demanda sea impactada de forma directa. Pero en vista del gran éxito que tuvo el trabajo desde casa, dijo, valdrá la pena dar un paso hacia atrás para observar la función y propósito que tienen las oficinas tanto en la vida del empleado como del empleador.
El resultado al primer trimestre, periodo en el que se frenó a la mayoría de las industrias, tuvo como efecto una gran reducción en la actividad del mercado de oficinas.
Según el Reporte Inmobiliario 2020, de la plataforma inmobiliaria Lamudi, el mercado de la renta de oficinas en el país se enfrenta a un panorama poco alentador, con una caída en la demanda de 43 por ciento a escala nacional.
En Ciudad de México, el mercado más importante del país, durante el primer semestre el segmento reportó una absorción o demanda neta de 12 mil metros cuadrados de espacios corporativos, la menor para un periodo igual en los últimos 20 años.
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