El fiscal del condado de San Louis anunció que no presentará cargos contra el exagente que disparó y mató a Michael Brown en Ferguson, Missouri, una decisión dramática que podría reabrir viejas heridas en medio de una intensa y renovada conversación sobre la injusticia racial y el trato que dispensa la policía a las minorías en Estados Unidos.
La decisión de Wesley Bell es la tercera vez que la fiscalía investigó el caso y optó por no acusar a Darren Wilson, el policía blanco que disparó a Brown, un afroestadounidense de 18 años el 9 de agosto de 2014. Un jurado instructor del condado de San Louis rechazó acusar a Wilson en noviembre de 2014, la misma decisión que tomó el Departamento de Justicia de Estados Unidos en marzo de 2015.
Activistas de derechos civiles y los padres de Brown esperaban que Bell, el primer fiscal negro del condado, que asumió el cargo en enero de 2019, viese la situación desde otra óptica.
Bell señaló que su oficina realizó una investigación no anunciada durante cinco meses en la que se revisaron declaraciones de testigos, reportes forenses y otras evidencias.
“La pregunta para esta oficina era simple: ¿Podemos demostrar más allá de la duda razonable que cuando Darren Wilson disparó a Michael Brown cometió asesinato u homicidio bajo la ley de Missouri? Tras una revisión independiente y profunda de las evidencias, no podemos probar que lo hiciese", explicó Bell.
No obstante, el magistrado agregó que "nuestra investigación no exonera a Darren Wilson”.
El abogado de Wilson, Jim Towey, afirmó que después de tres pesquisas estaba claro que el exagente no hizo nada malo.
El incidente provocó meses de disturbios en Ferguson y convirtió al suburbio de San Louis en sinónimo de un debate nacional sobre el trato que da la policía a las minorías. Esas movilizaciones ayudaron a consolidar el movimiento Black Lives Matter que se inició tras la muerte de Trayvon Martin, un negro de 17 años, baleado por un voluntario de una patrulla vecinal en Florida en 2012.
El tema ha vuelto a la actualidad luego de la muerte de George Floyd en Minneapolis en mayo cuando un policía blanco presionó su rodilla contra su cuello mientras lo inmovilizaba en el piso tras su detención.