El piloto español Fernando Alonso afirmó tener "energías renovadas" desde que dejara la Fórmula 1 hace dos años, para sentirse como si tuviera 23 años, lo cual le anima para futuros proyectos, más claros a corto plazo que "a 10 años vista".
El doble campeón del mundo de F1 repasó este miércoles su última aventura en el Dakar y su situación actual en una conversación de Instagram con La Bicicleta Café Castellón CC. El piloto asturiano se encuentra en su casa en Suiza, donde pasa la crisis del coronavirus.
"Estuve un poco pachucho la semana pasada, con fiebre, malestar y dolor muscular. No sé lo que era. Bajé la intensidad del deporte que hacía, pero igual es algo mental también", confesó, aunque sin darle mucha importancia ni relacionarlo con un posible caso de COVID-19.
El confinamiento le deja tiempo para pensar, pero no a largo plazo. "No tengo nada en mente, también me hago esa pregunta. A corto plazo sí lo puedo tener claro, a medio plazo empiezo a no saberlo bien, sin enfocar, y a largo plazo no consigo verme a 10 años vista. Soy más de ver cómo suceden las cosas", comentó.
"En 2018 cuando dejé la F1 necesitaba ese pasito atrás porque llevaba 18 años viajando sin parar, con el estrés, con la presión de hacerlo siempre al máximo, con la implicación de ser piloto o atleta 365 días año. Estos dos años, el 2019 con el WEC y el Dakar y este 2020 en casa como todos, tengo como energías renovadas, es como si volviese a tener 23 años y estoy a tope. Esto me anima mucho para futuros proyectos", afirmó.
Por otro lado, Alonso habló de su experiencia en el último Dakar. "Fue una experiencia muy bonita, un reto en sí, pasar del asfalto a la tierra es un salto suicida, pero pasar también al rally más duro del planeta era una aventura demasiado arriesgada. Tuve suerte de estar en el equipo adecuado, con la experiencia de Coma", dijo.
"Para cualquier piloto que venga de circuito lo más complicado del rally es no saber lo que va a llegar, cada metro es nuevo. Ni el copiloto lo sabe. En el cross country o el Dakar el copiloto tiene cómo llegar de un punto A al B, pero no sabe lo que hay en medio. Que cada 10 segundos encuentres una sorpresa nueva era muy estresante para mí, seguramente la mayor dificultad", añadió.
Alonso reconoció que ahora mismo el mundo del motor tiene su calendario "en el aire" por culpa del COVID-19. "Está un poco todo en el aire, no hay nada concreto. La F1 quiere empezar en julio en Austria, el país está más o menos bien. En América las 500 millas de Indianápolis las han pospuesto al 23 de agosto, pero es una moneda al aire. El daño es incluso mayor a los campeonatos nacionales o regionales, que lo tienen complicado con menos medios", afirmó.
"Es una situación difícil para todos. Por suerte o por desgracia nos ha tocado vivir esto, tendremos que aprender y los sistemas que no vayan a aguantar este temporal es que estaban un poco cogidos por pinzas y habrá que reforzarlos", añadió.
Por otro lado, Alonso, "un enamorado de las bicis", de Induráin y de la contrarreloj, explicó su proyecto frustrado hace unos años de crear un equipo ciclista. "El proyecto fue como fue. Pensamos en hacer el equipo por cuenta propia y se trabajó de manera correcta hasta que llegamos a un embudo sin salida. Formar un equipo World Tour no es fácil, no es barato", confesó.
"Para formar un equipo necesitas unos ciertos corredores y unos tiempos que no siempre se corresponden con los tiempos de los patrocinadores. Necesitas presentar todo el papeleo antes de junio pero no puedes hablar con ningún corredor hasta agosto. Empiezas a pagar tus cuotas sin tener corredores y eso es difícil de explicar a un sponsor nuevo. Era todo mucho más complicado que lo que debería ser", terminó.