La Fase 3 de la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus implica mayor incertidumbre para las empresas con actividades no esenciales ya que, al haberse decretado la extensión de la jornada de sana distancia al 30 de mayo, hay un vacío legal sobre cómo proceder para preservar empleos, pagar salarios y continuar en suspensión sin apoyos fiscales, coincidieron abogados laborales.
Ante la incertidumbre y falta de lineamientos por parte de las autoridades laborales, la opción que valoran las empresas es extender los convenios voluntarios con los trabajadores, que implican principalmente reducción de salarios. En el caso de empresas que encuentran insostenible continuar pagando salarios con las “cortinas abajo”, la opción es despedir a los empleados.
Alfredo Kupfer, socio de Sánchez Devanny, señaló que “el acuerdo de la Secretaría de Salud no anunció nada nuevo, seguimos igual, con una emergencia sanitaria que no es contingencia como lo establece la Ley laboral, una emergencia que es causa de fuerza mayor, que no permite dar aviso a la autoridad, que no puede establecer indemnización y que deja a patrones y trabajadores a negociar, ahora, hasta el 30 de mayo en actividades no esenciales”.
Alejandro Caro de la Fuente, socio de EY Law, apuntó que “la mejor opción para las empresas que mantienen la suspensión de labores son los convenios voluntarios para reducir el salario, no es irse a pagar abajo del salario mínimo, se trata de preservar el empleo, y para las empresas esenciales la recomendación es cumplir las medidas sanitarias porque puede caer una inspección o una multa”.
Héctor Magaña, coordinador de análisis económico del Tec de Monterrey, consideró que la Fase 3 podría acentuar la pérdida de empleos, con consecuencias más severas.
“Dependiendo del número de meses que esta contingencia podría prolongarse, el número de puestos laborales que lleguen a perderse podría ser de más de 800 mil, incluso acercarse al millón en este año”, puntualizó.
-Con información de G. Castañares