Casi un centenar de vecinos del barrio del Besós, una de las zonas más humildes de Barcelona, tuvieron que abandonar ayer los pisos en los que estaban confinados para que los bomberos los apuntalaran de forma urgente. ¿El motivo? El riesgo de derrumbamiento por aluminosis que afecta a varias viviendas de la calle Alfonso el Magnánimo. En algunos casos, también hay presencia de amianto, un material de construcción cancerígeno. Según contaron varios afectados a ABC, llevan años denunciando la situación de «colapso inminente» de sus hogares. No obstante, han tenido que esperar a que las grietas llenaran sus viviendas en plena pandemia para recibir la atención de las autoridades.
La situación se precipitó a lo largo de la mañana, cuando tuvieron que salir a toda prisa de sus casas para que los bomberos instalaran andamios y maderas en medio de una gran confusión. En la calle quedaron niños, gente mayor y algunos enfermos, contó a ABC Teresa Pardo, portavoz del colectivo que denuncia la presencia de aluminosis en decenas de edificios de esta zona colindante con La Mina. «Estos días de confinamiento hemos visto más grietas, así que decidimos llamar a los bomberos, que por suerte actuaron muy rápido», explicó Diana Escuder, una de las vecinas desalojadas. «No nos dejaron tiempo ni de coger la chaqueta», añadió.
Al lugar acudieron bomberos y agentes de los Mossos y de la Guardia Urbana, pero ningún arquitecto del Ayuntamiento. «Se estaba avisando esto desde hace mucho tiempo, hemos tenido mucha paciencia, y desde el Ayuntamiento no han hecho nada, me siento frustrada y engañada, nos han tomado el pelo», explicaba Escuder con impotencia. Según alertan los vecinos, la situación es de «urgencia inmediata», no en vano, llevan meses avisando del deterioro de sus casas en instancias municipales agrupados en la plataforma Afectados por la aluminosis Besós. El pasado 3 de febrero registraron también una solicitud oficial ante el Consistorio exigiendo una revisión de sus casas. Hasta ayer, no había venido nadie.
«No queremos tener que lamentar una desgracia»
En su reclamación, los vecinos pedían al concejal del distrito de San Martín -David Escudé, del PSC- que actuara porque las comunidades de vecinos (muchas, afectadas por casos de ocupación ilegal) no tenían fondos para acometer unas reformas imprescindibles para evitar el colapso estructural de los bloques. Además, van acumulando multas y sanciones administrativas por parte del departamento de inspecciones municipal. Según cuenta Pardo, hay decenas de edificios muy deteriorados por los daños que provoca la aluminosis. «Tenemos humedades, suelos hundidos y grietas que cruzan de punta a punta las habitaciones de muchas casas. Con familias enteras confinadas en casa es un peligro enorme y no queremos tener que lamentar una desgracia como ha pasado en otros sitios», asevera.
Los afectados incluso llegaron a protestar con un casco de obra puesto en un encuentro con el edil, quien evitó responder sus quejas, aseguran, y se limitó a mostrarse comprensivo con su «nerviosismo». Preguntados por este diario, desde el gobierno de Ada Colau se limitaron a confirmar el operativo de los bomberos y aseguraron que el Consistorio está trabajando para ofrecer una «rehabilitación integral del barrio» a nivel urbanístico y social, pero evitaron dar detalles sobre plazos y partidas.