El reparto de test de coronavirus para hacer pruebas avanza en la Guardia Civil. Numeroso agentes del Instituto Armado habían ido cayendo enfermos, además de que el cuerpo ha perdido ya varios miembros fallecidos por esta epidemia.
El diario El País contó hace unos días los resultados de las pruebas realizadas en las primeras semanas entre la plantilla de la Guardia Civil: de 5.878 test, hubo 1.526 positivos (25.9%), 3.880 negativos (66%) y 472 pendientes del resultado (8%).
Fuentes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) explican a Confidencial Digital que en las últimas semanas y días se ha ido aumentando el ritmo de realización de test a los agentes del cuerpo.
Dos de las comunidades en las que se está haciendo un esfuerzo más intenso por conocer si los guardias civiles son o no portadores del virus son Madrid y Castilla-La Mancha, que a su vez son, junto a Cataluña, de las regiones de España con mayor impacto del coronavirus entre la población.
Aunque ya se llevaban semanas realizando los test, ECD ha podido saber que ahora estas pruebas se rigen por el procedimiento aprobado por el Mando de Personal de la Dirección General de la Guardia Civil el 14 de abril.
En ese documento se dictan los criterios y el procedimiento para decidir los casos que han de priorizarse a la hora de ir consumiendo los test que haya en cada unidad o comandancia.
La instrucción firmada por el teniente general jefe del Mando de Personal indica que “se ha iniciado la distribución inmediata a las Zonas de tests de diagnóstico rápido para detección del coronavirus, de acuerdo con lo previsto en el apartado 3 del documento de Actualización de medidas sanitarias para el personal de la Guardia Civil en el marco de la evolución de la crisis sanitaria generada por el COVID-19, dimanante del Mando de Personal”.
Esa distribución es, según el documento, “una medida complementaria a las pruebas que ya se han venido llevando a cabo mediante la PCR, que es actualmente la técnica diagnóstica de referencia”.
Según el Mando de Personal de la Guardia Civil, “la realización de estos tests aumentará las capacidades diagnósticas de los servicios médicos, permitirá limitar aún más la propagación de contagios y, en todo caso, contribuirá de forma determinante a cumplir con el fin último del cuerpo”.
El documento establece los “Criterios para su realización”, de los test. Se indica en este apartado que “los tests de diagnóstico rápido que se están utilizando hasta ahora en ka Guardia Civil son de detección de anticuerpos, a través de la toma de una muestra de sangre, que reacciona y arroja un resultado a los 10-15 minutos”.
Sobre estos test rápidos se añade que “las nuevas posibilidades que ofrece la realización selectiva y extendida de este tipo de tests aconsejan ampliar los supuestos de prioridades para la realización de estas pruebas, que se establecían en el apartado 4 del documento de medidas sanitarias, que se centraban fundamentalmente en la técnica diagnóstica de referencia”.
Los criterios se fijan “al objeto de lograr una mayor efectividad y racionalidad” en el uso de los tests.
Llama la atención el segundo criterio que el Mando de Personal de la Guardia Civil establece en este documento. Establece que se hagan tests rápidos al personal que “pese a haber realizado la prueba PCR con resultado negativo, presente sintomatología compatible con COVID-19”.
Las pruebas PCR detectan la presencia del virus en la sangre de la persona en cuestión. Se entiende que son PCR son más fiables, pero lentos, y los otros más rápidos pero menos fiables. Aún así la Guardia Civil ordena que se use los nuevos tests rápidos para esos agentes que hubieran dado negativo con un PCR, pero que sigan teniendo síntomas, para así tener un segundo examen.
Antes, el grupo de máximo prioridad para gastar los tests lo forman el “personal que presente sintomatología compatible con Covid-19, a partir del día 6-7 de inicio de los síntomas (si antes no se ha confirmado el diagnóstico en la prueba PCR)”.
Después vienen en segundo lugar esos agentes con síntomas que hubieran dado positivo en la prueba PCR.
Ya en tercer lugar, de acuerdo con los criterios de prioridad en la Guardia Civil, se sitúa el “personal que se encuentre en cuarentena preventiva en domicilio (sin síntomas) por haber mantenido contacto estrecho (cuidados o contacto a menos de dos metros de forma continuada) con personas con sintomatología compatible o casos confirmados de Covid-19, a partir del día 6-7 del inicio”.
En cuarto lugar, se hacen test al “personal que finalice la cuarentena posterior tras superar la enfermedad en aislamiento domicilio o, en su caso, tras el alta hospitalaria, y se recomiende la realización de la prueba a criterio de los servicios médicos”.
Y ya el punto cinco de los criterios para utilizar los test rápidos para detectar agentes de la Guardia Civil con coronavirus se habla del “personal que se encuentre prestando servicio (sin síntomas), pero que haya podido estar expuesto a una carga viral importante, por posible contacto estrecho con personas sintomáticas o casos confirmados de COVID-19, o por asistencia o intervención directa con estas personas, los 6-7 días de la situación de contacto o intervención”.
Se añade que “con el objeto de llevar a cabo un seguimiento de la evolución de la enfermedad e identificar los casos positivos para garantizar su aislamiento, siguiendo la estrategia establecida por las autoridades sanitarias, se podrán realizar nuevos tests al personal incluido en los párrados anteriores a partir del día 5 de haber realizado un test rápido con resultado negativo, de acuerdo con el criterio de los servicios médicos”.
En base a este documento del Mando de Personal, la Asociación Unificada de Guardias Civiles ha elaborado un modelo de instancia para aquellos agentes que se encuadren en estos grupos y que no estén recibiendo ese servicio.
Esta asociación asegura que “en algunas unidades no se están siguiendo dichas instrucciones, sobre todo en lo referente al personal al que se deben realizar las pruebas diagnósticas por haber tenido contacto con otros casos”.
De ahí que promuevan las reclamaciones de los agentes ante el Servicio de Sanidad de su respectiva comandancia, para solicitar que se les realice la correspondiente prueba de diagnóstico.
