Algo podrido existe en nuestra sociedad cuando algunos imbéciles agreden a quienes nos ayudan a preservar nuestra salud, amenazada por el covid-19.
Imbécil es el que padece un déficit intelectual profundo, según la psiquiatría.
Pero, en este caso, la definición psiquiátrica de imbécil es insuficiente, pues el deficiente nivel mental de los agresores se agrava por su carencia moral, cuya aberrante conducta no distingue entre el bien y el mal.
La sociedad no debe tolerar la impunidad de una minoría de enfermos mentales que atacan en las calles a nuestras enfermeras, técnicos, camilleros y médicos vestidos con sus uniformes blancos o azules.
La negra conducta de los agresores debe ser impedida, denunciada y castigada.
La pasividad de nosotros implica volvernos presa del miedo, en cualquier situación.
Viviremos mejor si exigimos y defendemos la seguridad y el bienestar de quienes nos ayudan a cuidar nuestra salud.
Guardadas las proporciones, el peligro de la apatía social nos lo recuerda el poema de Martin Niemöller, en la Alemania nazi:
“Primero vinieron por los socialistas, y yo no dije nada,
porque yo no era socialista.
Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no dije nada,
porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los judíos, y yo no dije nada,
porque yo no era judío.
Luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí.”
Y ahora, añadimos, vinieron por las enfermeras y no decimos nada, porque no somos enfermeras.
Expresemos nuestra solidaridad a las enfermeras agredidas y a todos los técnicos y profesionales de la salud que están luchando por salvar vidas en la emergencia sanitaria.
Las enfermeras son heroínas que cuidan a nuestros seres queridos en condiciones precarias, que hacen su mejor esfuerzo todos los días, a pesar de no siempre contar con el equipo adecuado y ganar modestos salarios.
La Secretaría de Salud exhortó a respetar a los trabajadores de salud por las inusitadas agresiones por parte de gente ignorante e inconsciente.
El Instituto Mexicano del Seguro Social hizo bien en pedir el apoyo de la Guardia Nacional para impedir ataques. La enfermera Fabiana Maribel Zepeda Arias, conocida como la jefa Fabiana, por su cargo como titular de la División de Programas de Enfermería del IMSS, abrió una cuenta en Twitter @jefafabiana, donde solicita la solidaridad de nosotros:
“Ahora que tengo su atención: esta cuenta será un espacio dedicado a frenar las agresiones contra mis compañeros y todo el personal de salud”.
Manifestemos nuestro aprecio a todos los profesionales de la salud y apoyemos que mejoren sus condiciones de trabajo, en lugar de distraernos con la lucha de poder entre políticos ambiciosos y oportunistas.
A los enfermos que atacan enfermeras hay que ponerles una camisa de fuerza e internarlos en un hospital psiquiátrico, hasta que sean curados por los mismos profesionales de la salud a los que agreden.
A las enfermeras todos les debemos respeto, admiración y reconocimiento. Merecen un homenaje nacional cuando superemos la epidemia. Mientras, les deseamos mucho ánimo.