El confinamiento hace estragos en todas las parcelas de nuestra vida: cambia la manera en la que nos relacionamos con los demás, la forma en la que gestionamos nuestras emociones, entumece nuestro cuerpo y también entorpece nuestra mente. Y aunque nos esforzamos por seguir en contacto con nuestros familiares, comer bien y hacer ejercicio, hay veces en las que se nos olvida que debemos seguir ejercitando la mente.
La falta de estímulos externos y la nueva monotonía del día a día, en el que casi podemos decir, vivimos en un «día de la marmota» constante, puede hacer que nuestra mente no esté «tan en forma» como debería. Esto es algo que tiene mayor incidencia en niños y ancianos, pero todos debemos esforzarnos por mantener el ritmo.
«El confinamiento nos ha producido un cambio de vida a todos y, ante este, hace falta adaptación», explica el doctor Robert Cilveti Portillo, pediatra y director médico de Adsalutem Institute. Aquí es donde entra en juego la falta de estímulos. Eva Vinader, directora de la plataforma «memoriK», centrada en la estimulación cognitiva, explica que, aunque cuando hablamos de esta estimulación pensamos en una terapia, cuando realmente todo lo que nos rodea nos activa. «Salir a la calle, saludar a tu vecino, pasar el día con tus compañeros de trabajo... todo hace que trabajes la memoria y la atención, y ahora que estamos en casa esta actividad se paraliza», explica la experta. Son las personas mayores y los niños quienes más se ven afectados por esta falta de estimulación, pero las personas que durante la cuarentena no establecen una rutina, ya sea por el trabajo o simplemente autoimpuesta, deben esforzarse por ejercitar la mente. «Se pierde la noción de en qué día estamos, se pasan horas y horas viendo la televisión, en general la mente se desorienta», comenta la directora de «memoriK».
El doctor Cilveti explica que la mejor manera de mantener activa nuestra mente es a través del establecimiento de unos patrones: «El trabajo, el colegio y todas las obligaciones que teníamos antes del confinamiento actúan ordenando nuestra vida. Ahora que estas actividades externas no existen, tenemos que hacer un esfuerzo para conseguir algo parecido».
Recomienda hacer «cosas muy sencillas», que tienen un impacto positivo en nuestra mente. Entre estas recomendaciones, encontramos tener unos horarios regulares de sueño y comidas, mantener la organización, preocuparnos de la higiene personal o no pasar el día en pijama. En definitiva, mantener unas rutinas parecidas a las que teníamos cuando estábamos en la situación previa al confinamiento.
También, el doctor recuerda la importancia que tiene la exposición a la luz solar, uno de nuestros principales sincronizadores y reguladores. «Desde un punto de vista cognitivo y emocional, la luz solar nos ajusta para que todos los ritmos metabólicos, emocionales y constantes vitales estén organizados temporalmente, de forma armónica», afirma.
Asimismo, ambos expertos coinciden en la importancia de hacer ejercicio y tener un buen descanso para establecer una rutina que mantenga la «normalidad» en nuestra mente «Estamos preocupados por la situación, hacemos abuso de las pantallas y todo esto afecta nuestro sueño», explica el director médico de Adsalutem Institute. «Si no dormimos bien, nuestra vida se puede convertir en una situación de caos y eso no nos va a ayuda», dice el experto, que subraya la importancia de adquirir una rutina para dormir bien.
A la hora de hacer ejercicios específicos para fomentar la actividad cognitiva, Eva Vinader recomienda elegir algo que se adapte a nosotros: «Los primero que se recomiendan siempre son sudokus, pero es algo que, si no te gusta, no debes empeñarte en hacer». Continúa proponiendo ejercicios fácil, en los que las personas de mayor edad encontraran mayor beneficio. «Crucigramas, juegos de palabras encadenadas, preparar listas, leer una receta e intentar recordar los ingredientes, hacer cálculo mental... debemos elegir actividades que para nosotros supongan un reto», dice.
Para conseguir no solo tener más actividad mental, sino también conseguir calmar un poco la mente, muchas veces fatigada por la constante exposición a pantallas y preocupaciones, el doctor Cilveti recomienda iniciarnos en la técnica del mindfulness, con el objetivo de aprender a controlar mejor nuestra mente. «Practicar 10 o 15 minutos de mindfulness al día permite obtener resultados favorables en cinco días», apunta y con la idea de que este confinamiento puede convertirse en una oportunidad para realizar actividades que no nos habíamos atrevido a realizar.
