El mensaje es el siguiente: «Como casi todo el mundo está en cuarentena, habrá más niños que subirán sus fotos a internet o que esas imágenes se viralicen por otro lado, ¿no?». El autor de esta nota es un pedófilo en la «Dark Web» o internet profundo, es decir, esa parte de Red a la que no accede el usuario común y que es «invisible» para la mayoría de los ciudadanos pero en la que se mueve como pez en el agua la ciberdelincuencia.
El mensaje ha sido recogido en último informe elaborado por la Europol sobre cibercrimen y desinformación en medio de la pandemia de COVID-19, elaborado en base a la información facilitada por los estados miembros de la UE y los países socios del organismo. El estudio concluye, entre otras cosas, que los menores están más en peligro que nunca: la explotación sexual infantil se ha incrementado a raíz de la emergencia sanitaria. Los delitos de suplantación de identidad, la distribución de pornografía infantil o los abusos sexuales a menores a través de internet se producen día a día.
«Esta pandemia saca lo mejor, pero desafortunadamente también lo peor de la humanidad», reconoce Catherine De Bolle, directora ejecutiva de Europol, que muestra también su especial preocupación por este tema.
La pandemia está obligando a los ciudadanos a pasar más tiempo en internet. Y a los niños también. Urge, por tanto, poner el foco en los menores, protegerles y educarles en el buen uso de las nuevas tecnologías, a pesar de que no sea el mejor momento para los progenitores, que viven estos días con más estrés y agobio de los habitual. Pero la realidad es que España, según la Europol, ha experimentado «un aumento significativo» de búsquedas relacionadas con menores. Por tanto, ¿qué pueden hacer los padres a este respecto?
Progenitores preocupados
Según el Kaspersky Family Report, más de la cuarta parte (27 %) de los progenitores españoles con niños entre 7 y 12 años consideran que los contenidos peligrosos (sexuales o violentos) representan el mayor riesgo para sus hijos cuando navegan en la Red. Este tipo de contenido se encuentra omnipresente en internet.
Para evitar que personas ajenas a un menor pueda acceder al contenido que publica en sus redes sociales, el policía de Menores de Marratxí y responsable de «Educando Proteges», Silvestre del Río, recuerda que es fundamental configurar adecuadamente la cuenta de los menores. «Debe ser privada y raramente están bien configuradas», señala. De hecho, cuando un usuario se crea una cuenta en TikTok, por ejemplo, por defecto, esta siempre es pública.
«También hay que tener mucho ojo con sus amistades», continúa. «Los pedófilos no ponen fotos suyas reales en el perfil, sino que se crean perfiles falsos con imágenes que saben que atraen a los menores. Suelen ser fotos de jóvenes guapos», explica. Por tanto, los padres no solo deben preocuparse en configurar la cuenta de la red social de su hijo sino que deben saber qué amigos virtuales tienen.
«El problema es que padres y madres no suelen acompañar a sus hijos en la introducción de las nuevas tecnologías», recuerda, algo en lo que coinciden la mayor parte de expertos. «Así, los niños van aprendiendo por prueba - error y es normal que se equivoquen. ¡Se les deja solos! Hay que sentarse con ellos, explicarles las cosas, permitirles un acceso gradual y controlado», insiste. «Pero no -continua-. Nos limitamos a darles móviles sin una buena noción de seguridad».
Tiempo invertido
La excusa de la brecha digital o «es que me da mil vueltan» son argumentos que Del Río no compra porque «de ti depende la seguridad de tu hijo». «Hay que trabajar para conseguir que esa brecha sea cada vez más pequeña. Hay que 'perder tiempo' en configurar la cuenta, en saber por dónde navega, etc. Porque ya llegamos tarde», advierte.
Sin embargo, según el informe de la Europol, en España se han incrementado en un 25% la búsqueda de contenido sexual de niños. «Ahora que estamos todos encerrados en casa hay más tiempo de uso de internet. Y los niños se aburren. Como no saben qué hacer, están experimentando otras cosas: abren su abanico a más gente, aceptan solicitudes de extraños... En definitiva, el riesgo aumenta».
Por ello, no se cansa de repetir: «Padres y madres deben, no perder, sino invertir tiempo en saber cómo configurar el móvil o las aplicaciones que usa su hijo menor. Es verdad que estos se hacen un nuevo perfil en 10 minutos y a los mayores les va a costar una hora. Pero da igual. Hay que hacerlo. Es invertir tiempo para estar más tranquilos».
Junto a este tipo de medidas, el experto reseña otra cuestión: «Hay que crear un clima de confianza con el pequeño. Y eso no se consigue de la noche a la mañana. Requiere tiempo. Hay que hablar mucho con ellos y hablar de lo que ellos quieren y les interesa, no lo que le preocupa al adulto», reseña. «Merece la pena porque así te contará si hay un perfil extraño que, por ejemplo, le habla por Instagram».