Hace apenas unos meses, nadie habría podido siquiera atisbar los tremendos impactos que el mundo al completo está recibiendo en este 2020 a causa de la pandemia causada por el Covid- 19. Es el mazazo sanitario de mayor gravedad, con una trágica pérdida en vidas humanas y secuelas físicas, psicológicas y sociales que jamás podrán ser reparadas.
No debemos olvidar el daño económico que la pandemia está ocasionando en la economía. Porque una vez controlada y minimizada la enfermedad, el país deberá coser y cicatrizar las heridas que ha dejado el coronavirus en el empleo, el tejido económico y empresarial, de profundidad y gravedad aún por conocer.
Ante esta situación, y de cara a la recuperación que se avecina, resulta necesario que las empresas sigan aplicando de forma rigurosa medidas de prevención y protección frente al Covid- 19. En Ence, establecimos de forma temprana, desde el 24 de febrero, un protocolo elaborado junto a nuestros empleados, que actualizamos y reforzamos constantemente. Esto nos ha permitido seguir suministrando con normalidad celulosa, esencial para la producción de productos higiénicos y sanitarios, así como energía renovable para hogares, industrias y centros asistenciales.
Las administraciones públicas deben contribuir a que las empresas podamos adquirir los más altos niveles de protección ante la pandemia y sus futuros posibles rebotes. Será fundamental asegurar la disponibilidad de equipos de protección individual, test de detección del virus, y todas aquellas medidas de desinfección que sean precisas para garantizar el no contagio de los trabajadores.
Desde un punto de vista social, se impone la necesidad de prestar apoyo a los colectivos y personas que más duramente están sufriendo los efectos de esta dura situación. Aquellos que, además de enfrentarse a una pandemia y a las dificultades derivadas del estado de alarma, también deben afrontar el grave problema que supone la pérdida del empleo.
En el plano económico, se hace fundamental proporcionar suficiente liquidez al tejido industrial y empresarial, con condiciones de cantidad y coste adecuadas. Es la vía para superar la extraordinaria dificultad de la situación que está viviendo nuestro tejido productivo, tanto de grandes empresas, como de medianas, pequeñas y autónomos.
Estamos convencidos de que, con el sacrificio y la contribución de todos, ciudadanos, empresas, y administraciones públicas, vamos a vencer esta pandemia. Superada la crisis, debemos abordar un proceso de reflexión, profundo pero rápido, para evitar repetir errores que se hayan cometido.
Entre ellos, el no haber valorado la importancia de mantener nuestro tejido industrial. Y es que no todo se puede dejar en manos de terceros países. Es fundamental desarrollar y mantener las industrias esenciales, como es el caso de la forestal y la celulosa, para afrontar con garantías las crisis que, de forma cíclica, amenazan nuestro crecimiento y bienestar.
