La derrota del Barcelona en la Supercopa de España ante el Atlético ha precipitado la destitución de Ernesto Valverde, que se ha conocido este mismo lunes. Su sustituto será, con toda probabilidad, Quique Setién, quien llega a uno de los banquillos más potentes del mundo con la tarea de mejorar a su antecesor, quien conquistó las dos ligas que disputó y la primera Copa del Rey. Sin embargo, su paso por el Barcelona también cuenta con momentos amargos, en un conjunto de luces y sombras que le han impedido terminar su tercera temporada al frente del equipo.
Gestión de grupo
Es el gran activo de Valverde, su capacidad para mantener unido al grupo y no generar ruido en torno al equipo. Las suplencias de Messi y el apoyo del vestuario son el claro ejemplo.
La Champions
Las dolorosas derrotas en Roma (2018) y Liverpool (2019) agotaron todo su crédito a pesar de sumar dos Ligas y una Copa del Rey que fueron ninguneadas por la crítica, la directiva y la afición.
El estilo
Se le achaca a Valverde una pérdida progresiva del ADN azulgrana. El equipo ha pasado de dominar a correr, lo que significa ceder el control de los partidos, al tiempo que se detecta una pasmosa fragilidad defensiva.
