En toda historia, suele haber dos versiones. En el alquiler en España, también. Inquilinos y caseros componen las dos caras de una misma moneda, necesarias y dependientes, que se sitúan a ambos lados de una trinchera donde las acusaciones vuelan de un lado a otro. Un informe analiza el nivel de conflictividad entre estos dos grupos en el país y desvela las principales quejas de los arrendatarios frente al arrendador en un escenario de precios disparados y desajuste entre oferta y demanda.