El ministro de Educación de Italia, Lorenzo Fioramonti, ha presentado su dimisión al primer ministro, Giuseppe Conte, en señal de protesta por la falta de presupuesto de su cartera. Fioramonti se comprometió a abandonar su cargo si no lograba 3.000 millones de euros para mejorar los colegios y la universidad del país. Entre sus propuestas destacaba la de imponer tasas sobre el azúcar o los plásticos para destinar más recaudación a Educación.