La Familia Real bitánica está a punto de cerrar uno de los años más complicados en los últimos tiempos. Los problemas confesados por el Príncipe Harry y Meghan Markle con la sobreexposición mediática -coincidiendo con el nacimiento de su primer hijo, Archie- y la decisión sin precedentes de retirarse durante seis semanas de la vida pública y no pasar la Navidad en Buckingham, se suman al escándalo de Jeffrey Epstein, que salpica al Príncipe Andrés.
En el seno de la familia de Isabel II están incómodos con estos contratiempos, sin embargo, el Príncipe Guillermo y su mujer, Catalina de Cambridge, han conseguido mantenerse alejados de la polémica, e incluso de los Duques de Sussex. Tal y como confesó Harry en el documental emitido después de su viaje a Sudáfrica, él y su hermano están más distanciados que nunca y, aunque confesó quererle por encima de todo, la prensa británica ya llevaba unos meses hablando de la supuesta crisis de los conocidos como «Los fabulosos cuatro».
Tras la polémica entrevista de los Sussex y el estrepitoso fracaso de la del Príncipe Andrés, ahora han sido Guillermo y Catalina de Cambridge los protagonistas del programa de la BBC «A Berry Royal Christmas». Se trata de una reunión con voluntarios de las organizaciones con las que trabajan los «royals» y en ellas se han mostrado como siempre su lado más profesional. Catalina, incluso, se ha atrevido a hacer alusión a algunos momentos de su pasado más personal con el Príncipe. «Cuando estábamos en la Universidad, cocinaba todo tipo de comidas. Creo que fue cuando estaba tratando de impresionarme. Hizo cosas como la salsa boloñesa, por ejemplo», bromea entre risas.
Pero a pesar de lo idílico de la escena, rodeados por gente, velas, e incluso una chimenea para dar comienzo a las fiestas navideñas, ha habido un gesto de la pareja que ha desconcertado mucho a los usuarios de las redes sociales. Durante la grabación, el nieto de Isabel II posa su mano sobre la espalda de su esposa, que rápidamente hace un gesto en el que parece que rechaza la caricia. Las reacciones no se han hecho esperar, pues a pesar de que se desconoce el motivo del movimiento: las especulaciones en Twitter están servidas.