Jean-Paul Delevoye, «alto comisario» gubernamental para la reforma del sistema nacional de pensiones, ha presentado su dimisión a Emmanuel Macron, tras una pedregosa sucesión de revelaciones, confirmando que ha tenido hasta trece «empleos», benévolos y remunerados, ocultándolos a su obligada declaración de patrimonio.
Delevoye fue ministro de la Función Pública de Jacques Chirac, entre 2002 y 2004, convirtiéndose, entonces, en uno de los mejores conocedores del sistema nacional de pensiones.
Elegido presidente de la República, Emmanuel Macron nombró a Delevoye «alto comisario» responsable del diálogo con los sindicatos y la «concertación» del proyecto gubernamental de sustitución de los 42 regímenes especiales de pensiones por un régimen único, universal.
En tanto que «alto comisario», con rango oficiosamente ministerial, Delevoye estaba obligado a hacer pública una declaración de bienes e ingresos, concebida con el fin de sanear la vida pública nacional.
Días antes que Édouard Philippe, primer ministro, presentase el plan definitivo de reforma del sistema nacional de pensiones, la semana pasada, se descubrió que Delevoye había omitido varios de sus «empleos», no siempre benévolos, en su declaración patrimonial.
El estallido del posible escándalo continuó creciendo, hasta terminar descubriéndose que Delevoye ha venido acumulando, desde hace años, trece empleos no declarados. Once de esos empleos no han estado remunerados. Se trata de la presidencia o participación en asociaciones de muy diversa índole. Dos empleos, por el contrario, han estado remunerados, acumulando, al mismo tiempo, su sueldo de «alto comisario» de la reforma del sistema nacional de pensiones.
Como «alto comisario», Delevoye cobró el año pasado 74.526 euros. Al mismo tiempo, cobró otros 73.338 euros, como presidente de un «think tank», especializado en asesorías relacionadas con el sector público. Esos dos salarios suman una remuneración mensual de algo más de 12.000 euros.
Delevoye comenzó justificando sus silencios y olvidos patrimoniales afirmando «creer» que no estaba obligado a documentar empleos no remunerados, en su inmensa mayoría.
Sin embargo, ante la agravación de la prueba de fuerza, entre Emmanuel Macron y los sindicatos del sector público, Delevoye ha preferido presentar su dimisión. Desde el Elíseo, los portavoces oficiosos del presidente se limitan a comentar que se trata de una «iniciativa personal» del «alto comisario».
En vísperas de otra jornada de huelgas y manifestaciones, este miércoles, la dimisión de Delevoye echa aceite hirviendo al incendio de la crisis.