La historia de la vida musical de la ciudad y los pueblos de Toledo no está protagonizada solo por la presencia de nombres importantes o la interpretación de composiciones famosas, sino por una rica y continua actividad de cantores, ministriles, organistas, danzantes o representantes que trabajaron en templos, conventos, plazas, tablados o procesionando por las calles.
Ello ha quedado reflejado en la formación de compañías de ministriles, contratos de aprendizaje, testamentos, escrituras firmadas por cofradías para celebrar sus fiestas y en especial el Corpus Christi, documentos de los que aquí se publican más de medio centenar y se estudian junto a centenares de datos inéditos.
Datos y documentos que permiten también entrever algo de lo que fue la cotidianeidad y los afanes de aquellos músicos. Un diccionario con 350 nombres en seis décadas da idea de la presencia que la música tuvo en la vida de los toledanos.
Toda esta información es la que ofrece, de manera detallada, Louis Jambou en su última obra, «Toledo: una fiesta sonora y musical en el siglo XVII (1620-1680)», que se presenta este lunes en la Biblioteca de Castilla-La Mancha a las 18.30 horas.
El libro es una coedición entre el Instituto Complutense de Ciencias Musicales (Iccmu) y Dairea ediciones y en la presentación participarán los responsables de sendas editoriales, Álvaro Torrente (director del Iccmu) y Miguel Sánchez (Dairea), además de Carlos Martínez Gil. La fotografía de la portada la ha cedido Renata Takkenberg, y es de un cuadro que está en la iglesia de San Lucas de Toledo.