Es inevitable, en las presentes circunstancias, suscribirse al lugar común de los cronistas antiguos: “La moneda está en el aire”... Hacer pronósticos con respecto al desenlace que puedan tener las semifinales Necaxa-Monterrey, esta noche, y América-Morelia, mañana, equivale a jugar “volados”.
Los ganadores de los partidos de ida, llegaron a la “Liguilla” punto menos que en calidad de colados a la fiesta: fueron los últimos en conseguir boleto para la “Fiesta Grande”: hasta la postrer jornada de la etapa regular, su participación en el verdadero campeonato estuvo en entredicho. Otros equipos con más prosapia mantuvieron hasta entonces veladoras encendidas, esperando que, lejos de castigarlos por desear mal al prójimo, el cielo los favoreciera con sendos tropiezos de Morelia y Monterrey, para entrar a la danza.
*
El 2-1 con que el Monterrey ganó el miércoles representa una ventaja; precaria ciertamente, pero ventaja al fin…
Se diría que los “Rayos” tienen dos aspectos a su favor. El principal, haber terminado mejor (quinto) que su adversario (octavo) en la tabla general. El otro sería la cancha, si no fuera porque sus números fueron mucho mejores en calidad de visitantes que de locales en la fase clasificatoria: en su cancha ganaron tres partidos, empataron cuatro y perdieron dos, mientras que en patio ajeno tuvieron seis victorias a cambio de tres derrotas. El Monterrey, en tanto, consiguió 17 puntos como local y sólo 10 como visitante en la etapa preliminar.
El gol de visitante del Necaxa en el partido de Ida es otro aspecto a su favor, porque obliga al Monterrey a ganar por dos goles o más de diferencia.
*
En la otra clave, además de la hegemonía casi total del América sobre el Morelia en el Estadio Azteca, la historia (ser, a la par con el Guadalajara, el mayor ganador de títulos en el futbol mexicano) invita a no dar por muertos e incluso a hacer favoritos a los capitalinos… aun a sabiendas de que su aparato defensivo ha flaqueado varias veces en esta temporada, y que un posible gol de los “Monarcas” los obligaría a ganar el domingo por tres goles o más de diferencia.
En lo que cae la moneda que ahora mismo aún está en el aire, lo sucedido hasta ahora en la “Liguilla” confirma la teoría de que en el futbol mexicano, para bien o para mal, “cualquiera le gana a cualquiera”.