La directora general de la Oficina Española de Cambio Climático (OECC), Valvanera Ulargui, señaló este viernes que existen «ciertas reticencias» de algunos países en la ambición política de la Cumbre del Clima de Madrid, que tiene entre sus objetivos allanar el terreno para que los países revisen al alza sus planes climáticos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Ulargui declaró a los periodistas en la Cumbre del Clima de Madrid, conocida como COP25 y que empezó el pasado lunes, que esta conferencia internacional ha empezado «bien» y «a tiempo» porque «se han aprobado todos los programas de trabajo» a la espera de que la próxima semana comience la fase ministerial.
«La valoración es positiva. Es cierto que encontramos cierta resistencia en temas de calado más político como es la ambición, como nos está pidiendo la calle y la ciencia», apuntó Ulargui, que forma parte del equipo de negociadores de España en la Cumbre del Clima.
Añadió que la COP25 debe alinearse con el consenso científico de limitar el calentamiento global a 1,5ºC con respecto a la era preindustrial (ahora es de 1,1ºC) para evitar los peores efectos de la crisis climática, un objetivo recogido en el Acuerdo de París.
«Tenemos que ser capaces de responder también a los jóvenes, que han salido de forma masiva este año en la calle pidiéndonos que digamos la verdad y que nos pongamos a trabajar, que seamos conscientes de que tenemos que aumentar la ambición de nuestros compromisos», añadió.
Por otro lado, Ulargui subrayó que la Cumbre del Clima de Madrid debe hacer «una llamada clara a la ambición» para que todos los países renueven sus planes climáticos en 2020 «mirando a la gente, mirando a la ciencia y poniendo encima de la mesa compromisos mucho mayores para cumplir con el objetivo del grado y medio».
A este respecto, recalcó que hay algunos países más ambiciosos que otros y deseó que «la UE, que lidera el proceso y que lidera la ambición, salga reforzada de esta Cumbre y pueda servir de palanca para arrastrar a aquellos que están mirando un poco hacia el otro lado».
Ulargui reiteró que la COP25 debe hacer «una llamada clara» a incrementar la ambición climática, como ha hecho España al comprometerse con la neutralidad climática en 2050 (es decir, que la cantidad emitida de gases de efecto invernadero sea compensada con la que absorben océanos y bosques).
Por último, destacó que ese incremento en la apuesta por luchar por el cambio climático tiene que afectar a «todos los sectores de la economía» y hacerse con «transición justa, es decir, poniendo a las personas en el centro y no dejando a nadie atrás».