Tras el golpe sufrido recientemente en su red mediática a cargo de Europol, con la participación de la Guardia Civil, Daesh ha redoblado los esfuerzos para recuperar la operatividad en este campo y formar, a través del ciber espacio, a los actores (lobos) solitarios y a células organizadas.
Los responsables de la banda pretenden que los militantes más comprometidos se dediquen a dinamizar a otros individuos y conformar así “comandos” terroristas, al estilo del que se constituyó en Ripoll y cometió los atentados de Cataluña.
En estos días, los cabecillas del “cibercalifato” lanzan consignas y claves para que los simpatizantes puedan conectarse de “forma segura”, al tiempo que les ofrecen un amplio “menú” de hasta un centenar de tutoriales para que se puedan formar en el plano ideológico y operativo.
Las materias que se ofrecen requieren la inscripción en las distintas “fundaciones” de la banda yihadista, con una advertencia común: “hermanos estar atentos a las acciones de los enemigos del Islam, de sus campañas para eliminar y bloquear los materiales del Estado Islámico (que es querido Dios); así que asegúrese de guardar lo que le interesa para no perderlo, ya sea en su dispositivo o mediante tarjetas de memoria; disco duro; o a través de una nube segura. Y de paso, debe burlarse de los incrédulos mientras que contribuye a la difusión de los materiales en todos los sitios que pueda”.
Los que están detrás de los mensajes saben de sobra que a muchos de los que les hagan caso les condenan, más pronto que tarde, a la detención por las Fuerzas de Seguridad, que disponen de medios para detectar sus actividades. Pero les da lo mismo. Es la teoría que bien vale cien fracasos si al final hay un acierto. Con la salvedad de que los que terminan entre rejas no son precisamente los impulsores del proyecto. Aunque todo es cuestión de tiempo.
El menú de “tutoriales” para auto formarse es amplio: recitaciones de muyahidines; discursos y conferencias de “príncipes y eruditos de la yihad”; cartas y libros; poemas y canciones...y, en el terreno operativo, “ciencias militares”; materiales de defensa; fabricación de cartuchos en casa; “haz tu arma” ; bomba de codo; detonación inalámbrica; granada de mano; cóctel Molotov; método de ocultación para aviones espías, térmicos y normales; método de preparación de gas sarín; clorato explosivo: aprende a usar cuerdas para trepar y atar; método de misiles antiaéreos Cobra... y un largo etcétera hasta llegar al centenar.
La utilización de fusiles de largo alcance con silenciador y de cinturones explosivos, de lo que ya se informó en esta web, merecen especial atención.
Asimismo, se cuidan los aspectos de seguridad, sobre todo para las células, ya que los actores solitarios suelen cometer atentados suicidas.
Daesh, tras la pérdida de los territorios de Siria e Irak, se ha convertido, a diferencia de Al Qaeda, que dispone de una cierta organización interna, en una marca o referencia, a la prestan adhesión las distintas “wilayas” (franquicias). Esto no quiera decir que, si pudieran, volverían a tratar de consolidar un territorio en el que ubicar su “califato”. Los continuos atentados que cometen en Siria, Irak y Afganistán tienen este fin. Otra cosa es que lo consigan.
