En Ciudadanos (Cs) flota en el ambiente la idea de que Inés Arrimadas es ya de facto la líder del partido. El proceso de sucesión tras la dimisión de Albert Rivera no se completará hasta marzo, pero ella es la única que se ha postulado públicamente a encabezar el nuevo proyecto liberal y, además, concita el apoyo unánime de todos los sectores de la formación.
No obstante, escrupulosa con los tiempos y muy metódica, como apuntan en su entorno, Arrimadas dará un paso a un lado y no estará en la Gestora que aprobará mañana el Consejo General de Cs. Así lo ha confirmado la diputada por Barcelona, después de presentar sus credenciales en el Congreso para la XIV Legislatura, que se inaugura el próximo martes 3 de diciembre.
El hecho de que Arrimadas renuncie a estar en este órgano interino, que tomará el control del partido hasta la celebración de la quinta Asamblea General de Cs, en marzo, significa que la jerezana no tendrá voto en las grandes decisiones que adopte la Gestora en los siguientes meses.
Este órgano provisional será quien fije, por ejemplo, el voto de Cs en la futura investidura de Pedro Sánchez. Por el momento no hay cambios en la posición que exterioriza el partido, que se niega a siquiera abstenerse ante un «gobierno de pesadilla» —en alusión a la coalición del PSOE con Unidas Podemos— que necesita establecer «una mesa de la vergüenza» para negociar el respaldo de los independentistas de ERC.
Sí tendrá voz
Aunque Arrimadas no decidirá sobre el papel qué posición tomará su partido en el hemiciclo, a nadie se le escapa que la Gestora tendrá en cuenta su opinión. Ella misma ha asegurado hoy que estará «en coordinación» con este órgano como presidenta y portavoz del grupo parlamentario de Cs.
La futura candidata a liderar Cs podrá estar presente además en las reuniones de la Gestora. Según establece su reglamento, al que ha tenido acceso ABC, en su artículo 9.4, el presidente del órgano puede invitar a cualquier persona externa al mismo para que tenga voz en las reuniones del cónclave, pero no voto.
En otras palabras, Manuel García Bofill tiene la potestad de permitir asistir a las reuniones de la Gestora a Arrimadas o a cualquier otro dirigente para que se expresen, aunque no participen después en la votación. Como presidente del Consejo General, tal y como marcan los estatutos de Cs, Bofill liderará la Gestora y propondrá una lista de diez a quince vocales que lo acompañarán hasta marzo.
Esta relación de nombres, según el reglamento al que ha accedido este periódico, deberá ser aprobada por mayoría absoluta del Consejo General, y no por los dos tercios previstos inicialmente. Lo esperado es que Bofill haga una apuesta continuista, a la espera de que se renueven las estructuras de los liberales en la Asamblea de marzo. Mañana, además de la composición de la Gestora, también se conocerá la fecha de ese congreso extraordinario.
En el partido hay secretismo sobre quiénes estarán en ese órgano, pero en principio una de las figuras de peso será José Manuel Villegas, secretario general en funciones, que ya se ofreció a contribuir con su experiencia en esta etapa de transición, pero que dejará la política después de la Asamblea General, como ya han hecho Juan Carlos Girauta o Fernando de Páramo.