Como Frances Bean Cobain (hija del líder de Nirvana), Claire Vaye Watkins no supo de la fama criminal de su padre y de su penetración en el imaginario colectivo de la generación de los años sesenta en Estados Unidos hasta que fue demasiado tarde. Cuando se enteró, él llevaba cuatro años bajo tierra. La pequeña Claire Vaye Watkins (Bishop, California, 1984) creció creyendo que Paul Watkins, su padre, que en otro tiempo había sido la mano derecha del asesino Charles Manson, era un padre corriente. Un buen padre que simplemente había tenido mala suerte y había muerto antes de tiempo. Pero nadie puede pretender estar a salvo de una maldición así para siempre. Claire, que acaba de publicar Nevada (Malas Tierras), un sorprendente libro de relatos, tenía 10 años cuando su madre le dio a leer el titánico Helter Skelter, el ensayo de Vincent Bugliosi sobre los crímenes de la familia Manson (editado este año en España por Contra): al consultar el índice descubrió que el nombre de su padre aparecía mencionado en 36 páginas.