A pesar del compromiso de gobiernos e instituciones nacionales e internacionales de prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, la magnitud del problema continúa incrementándose.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de 2015 a la fecha han ocurrido 3,578 feminicidios.
Tan solo de enero a octubre se registraron 833 casos, un incremento del 14.7 por ciento en relación con el mismo periodo de 2018.
Veracruz se ha convertido en el estado más peligroso para las mujeres en la actualidad, al registrar 153 víctimas de feminicidio de enero a octubre de este año, seguido del Estado de México con 95 casos. Por su parte, Coahuila ha registrado 23 acontecimientos.
Si bien, el feminicidio constituye la máxima expresión de violencia contra la mujer, debemos analizar otros incidentes violentos, entendiéndose como todo acto violento que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer.
De acuerdo con los reportes del 911, a nivel nacional se registraron 158,425 incidentes violentos contra la mujer (245 reportes por cada 100 mil mujeres).
Acorde con el Informe sobre violencia contra las mujeres, que elabora el SESNSP, Coahuila se ubicó como la segunda entidad con 453 incidentes violentos por cada 100 mil mujeres.
Referente a la ZML, el Monitoreo de Incidencia Delictiva en la Laguna (MIDLAG), del CCI Laguna, detalla que de enero a octubre del presente año se han registrado 11 feminicidios (3 en Torreón, 3 en Gómez Palacio, 4 en Matamoros y 1 en Lerdo), un incremento del 120 por ciento en relación con el mismo periodo de 2018.
Durante ese periodo se han abierto 149 carpetas de investigación por el delito de violación, 10 casos más que en 2018.
Los datos oficiales muestran la realidad que padecen cientos de mujeres que día con día son violentadas.
Debemos comprender que se necesita la ayuda de todos los sectores de la sociedad para combatir este problema.
Gobiernos, instituciones y ONG’s debemos tomar cartas en el asunto y diseñar diagnósticos y estrategias que permitan prevenir, detectar y sancionar cualquier expresión de violencia contra la mujer.
