Dos días después de las elecciones generales celebradas este domingo los líderes del PSOE y Unidas Podemos han rubricado un preacuerdo para un Gobierno de coalición. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han coincidido en señalar que este pacto tendrá un carácter "rotundamente progresista".
Tras ratificarlo ante los medios de comunicación en el Congreso, una de las incógnitas que quedan por conocer son los nombres que acompañarán a Sánchez y a Iglesias en el Ejecutivo. Ambos han coincidido en señalar que la estructura del Gobierno y sus componentes se conocerán después de la investidura.
Por primera vez, España tendrá un Gobierno de coalición. Estos son algunos de los miembros de Unidas Podemos con más opciones para formar parte del Consejo de Ministros:
Pablo Iglesias. Su presencia es segura. Durante las negociaciones de julio, el secretario general de Podemos renunció a entrar en el hipotético Ejecutivo de coalición con el PSOE por el veto personal que le impusieron los socialistas. A pesar de su renuncia, la falta de acuerdo desembocó en la repetición electoral que se produjo este domingo. Horas después de que se cerrasen los colegios electorales las dos formaciones volvieron a negociar, en esta ocasión las conversación han conseguido finalizar con un acuerdo de gobierno de coalición, otorgando una vicepresidencia para el líder de Unidas Podemos.
Irene Montero. Teniendo en cuenta que la presencia de Iglesias se da por segura en el nuevo equipo de Sánchez, es difícil que los dos líderes de Podemos vayan a formar parte del Consejo de Ministros. Aún así, Montero es una de las políticas con mayor visibilidad dentro de la confluencia. Sin embargo, ese es otro de los factores que podrían provocar que se quedase fuera del Gobierno, para continuar trabajando en el partido y en el grupo parlamentario, ocupando el puesto de portavoz de Unidas Podemos.
Julio Rodríguez. El exJEMAD ha sido una de las apuestas más insistentes de Pablo Iglesias, hasta ahora con poco éxito. En 2015 no logró escaño por Zaragoza; en 2016 tampoco lo logró como número uno de la lista de Almería. Actualmente ocupa el cargo de secretario general del Consejo Ciudadano de Madrid ciudad. Ya fuera de los focos, este mismo viernes recibió el cariño de su líder durante el cierre de la campaña electoral: "Siempre a sus órdenes, mi general". Se trata de una fórmula que Iglesias ha usado ya antes para agradecer que Rodríguez diera un paso que le supuso el repudio de parte de la élite castrense. Su experiencia al frente de las Fuerzas Armadas podría perfilarle para liderar algún Ministerio.
Alberto Garzón. El coordinador federal de Izquierda Unida es otro de los nombres que figura en las quinielas de ministrables. Su nombramiento serviría para cubrir la cuota de IU dentro del Gobierno y su formación como economista avala su perfil técnico para asumir una cartera.
Yolanda Díaz. Su inclusión en el Ejecutivo de coalición también supondría la entrada en el Consejo de Ministros de la candidatura gallega de confluencia de la que forma parte su formación, IU. Díaz formó parte del equipo negociador de Unidas Podemos que no consiguió alcanzar un acuerdo tras los comicios del 28 de abril y es una de las personas de la máxima confianza de Pablo Iglesias.
Pablo Echenique. Este científico del CSIC cumple también con la condición de tener el favor de Iglesias. No en vano, fue el elegido para asumir la Secretaría de Organización tras la destitución de Sergio Pascual. Echenique ha participado de forma habitual en las negociaciones programáticas de la formación con el resto de fuerzas parlamentaria. Más allá del trabajo orgánico desempeñado como secretario de Acción de Gobierno, Institucional y Programa, tiene un perfil científico como físico teórico del CSIC, en excedencia, que le señalaría para liderar algún Ministerio con ese perfil.
Victoria Rosell. La diputada del grupo confederal por Las Palmas tiene una carrera profesional que la avala como posible ministra. En 1997 obtuvo su plaza de jueza. Actualmente se encuentra en excedencia por sus responsabilidades políticas, pero desde 2016, cuando ya fue elegida diputada de Podemos, pasó un calvario judicial. El juez Salvador Alba, su sustituto, conspiró contra ella, tal y como determinó el Tribunal Superior de Justicia de Canarias el pasado septiembre.
