El acuerdo no está acabado pero será similar al que Sánchez e Iglesias estuvieron a punto de cerrar en julio con una vicepresidencia y tres ministerios
Pedro Sánchez se terminó de decidir por un Gobierno de coalición el domingo por la noche, con una ultraderecha disparada y el PSOE y Unidas Podemos con 10 escaños menos. Esa noche, mientras seguía el escrutinio del 10-N en su despacho de la cuarta planta en Ferraz, exhausto tras seis semanas de precampaña y campaña agotadoras, Sánchez resolvió que tenía que cerrar un acuerdo exprés con Pablo Iglesias. El líder de Unidas Podemos volvió a pedir la coalición en su discurso. Envió un mensaje de felicitación a Sánchez, pero no hablaron. El presidente vio que la opción que había descartado anteriormente era la única salida. Y asumió que tenía que llevar las negociaciones en persona.