Aunque la vorágine informativa en relación al panorama seriéfilo nos haya hecho pensar lo contrario, no todo en televisión tiene que ver con la ficción. Canales y plataformas batallan en los últimos años por hacerse con la mejor serie y su lucha ha dado como resultado una ingente producción de contenidos en abierto y bajo pago que han provocado que la conversación gire en torno a la nueva «edad dorada» de la ficción televisada, capitaneada ahora por productos como «Watchmen»,
«Chernobyl» o la inminente «The Crown». Las cadenas, sin embargo, centran sus miras en otro producto que ha cautivado al espectador en los últimos años y que tiene a la realidad como pilar fundamental. Programas como los protagonizados por los gemelos Scott, de «La casa de los sueños», o «La doctora Lee», en DKISS, han encontrado un público fiel en la TDT y gozan cada vez de mayor éxito. En el caso de DKISS, Susana Ortega, directora de antena del canal en España, ya aseguró a ABC que al público le gustan las historias — en este caso extremas — con las que, de una u otra manera, puede sentirse identificado.
Movistar+ también ha incluido en su programación el contenido propio basado en hechos reales aunque, dando un paso más allá, la compañía trabaja desde hace tiempo en generar una producción propia que de que hablar y que pensar en aquellos que pagan por su servicio. La plataforma, que emite espacios como «La vida secreta de los niños» o «Scott y Milá», pretende utilizar el género factual —así se denomina a este tipo de espacios— para mostrar su forma de entender esa máxima de la televisión basada en tres pilares: formar, informar y entretener. Así lo asegura Jorge Ortiz, jefe del género Factual en Movistar+ y quien considera que, por encima de los niveles de consumo [Movistar+ no proporciona datos sobre la visualización de sus contenidos] la compañía debe crear «programas que muestren los valores con los que Movistar+ busca identificarse».
«La vida secreta de los niños», todos los lunes en #0, estrenó este mes su cuarta temporada y es ya uno de los emblemas de la cadena. El programa muestra a un grupo de niños de entre cuatro y cinco años desenvolviéndose en su día a día e intentando gestionar como buenamente pueden sus emociones más frecuentes: enfado, rabia, alegría... «Era un formato que había funcionado muy bien fuera de España, así que decidimos probar suerte con él porque su contenido encajaba a la perfección con nuestra línea editorial y aquello que queríamos transmitir». Claro ejemplo del éxito de este programa de niños para todos los públicos es el hecho de haber logrado convertirse en uno de los espacios más virales de #0 gracias a Youtube y las redes sociales.
El entretenimiento, dice a ABC Jorge Ortiz, «debe también tener un propósito, provocar que el espectador mire otras realidades en las antes no se había detenido, mostrarle otros mundos... Hoy en día hay demasiadas cosas que nos distraen de lo verdaderamente importante, así que tenemos cierto deber en ese sentido». «Cosas de la edad», también en #0, cumplía esa labor pedagógica mostrando la convivencia de un grupo de niños con diez ancianos en una residencia de la tercera edad. «Nos gustaría que esta forma de entretenimiento se entendiera en otros canales porque estamos seguros de que este tipo de programas puede hacernos sentir mucho mejor», recalca.
Otra televisión
¿Es posible otro tipo de entretenimiento en televisión? «Es nuestro propósito». Como explica Ortiz, es preciso recordar que #0 pertenece a una plataforma de pago que debe ofrecer algo más al espectador que abona las cuotas. «Al ser un canal de entretenimiento en una televisión de pago, nuestros activos principales deben ser la calidad y la diferenciación. Necesitamos hacer una producción distinta y que esté alejada de los canales generalistas», explica.
No significa esto que el responsable del género factual en Movistar+ desdeñe otro tipo de contenidos: «No pienso que no deban hacerse otro tipo de productos, ya que para eso está la televisión, pero nosotros nos debemos a nuestros clientes. Nuestro entretenimiento debe tener unos valores diferenciales, hemos agarrado este tipo de televisión por bandera y no pretendemos soltarla», concluye.
