Ahora que los Diputados se aprestan a discutir, modificar y aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación para el siguiente año, les aconsejo que no se tomen muy en serio estas discusiones, ya que los montos que aprueben para cada entidad o rubro específico, en la práctica puede ser modificado por la Secretaría de Hacienda, conforme lo dispone el penúltimo párrafo del Artículo 58 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, con la única obligación de “Reportarlo” al Congreso en sus informes trimestrales.
Es decir, legalmente, las cantidades presupuestales aprobadas por los señores Diputados son meramente indicativas, ya que pueden sufrir aumentos o disminuciones, sin que el Congreso las apruebe, a través de las llamadas “Adecuaciones Presupuestarias” que puede hacer la SHCP.
De hecho, estas reasignaciones presupuestales solo se “informan” al Congreso cuando superan el cinco por ciento del presupuesto aprobado, y la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública solo puede “emitir opinión” sobre estas adecuaciones, sin que puedan impedirlas o revertirlas.
En el informe de las finanzas públicas al tercer trimestre de este año, la SHCP, cumpliendo con este deber de “informar” al Congreso sobre las adecuaciones presupuestales aplicadas que superaron el cinco por ciento del presupuesto autorizado, detalla estas reasignaciones presupuestales, que más que “adecuaciones” son verdaderos golpes de timón, que en algunos casos representan hasta cuatro veces más el presupuesto aprobado por el Congreso, como el caso de la Secretaría de Energía, la cual “adecua” su presupuesto autorizado de 26 mil 184.6 millones de pesos y lo pasa a 126 mil 392 millones de pesos, incrementándolo en más de 100 mil millones de pesos.
Esta macro adecuación presupuestal, obedece a una transferencia gubernamental no presupuestada, superior a los 97 mil millones de pesos a favor de PEMEX, para intentar mejorar su debilitada posición financiera que amenaza con reducir su calificación crediticia que seguramente arrastraría también a la deuda del Gobierno Federal.
También llama la atención que hay fuertes giros de timón al reasignar casi 15 mil millones de pesos más al ramo de Seguridad y Protección Ciudadana, en particular al rubro de “Servicio de Protección Federal” al cual se le asignan seis mil 835.3 millones de pesos cuando tenía “cero pesos” aprobados por el Congreso, así como cuatro mil 610 millones al rubro de “Prevención y Readaptación Social” que tampoco tenía presupuesto asignado.
Por otra parte, en Bienestar Social, al programa PROSPERA de inclusión social, se le reduce el presupuesto de 20 mil 691.6 millones de pesos a menos de la mitad, a 10 161.4 millones sin mediar explicación o justificación alguna, a PROMEXICO, organismo encargado de promover las exportaciones mexicanas, se le reduce el presupuesto aprobado por los Diputados de 910 millones de pesos a solo 397 millones, mientras que a la Comisión Nacional de Protección Social en Salud, le reducen en casi 10 mil millones el presupuesto aprobado por los Diputados.
Sería muy interesante que los señores Diputados opinaran sobre estas “adecuaciones” a los presupuestos que ellos aprobaron y mejor aún, que propusieran reformas a estos ordenamientos para que de perdido los tomen en cuenta antes de reasignar los presupuestos aprobados por ellos.
Finalmente, es importante hacer notar que la transferencia presupuestal hecha a PEMEX, por casi$100 mil millones de pesos, hace “carambola” de tres bandas ya que AUMENTA los ingresos presupuestales de la Paraestatal, (reduciendo la minusvalía en ingresos presupuestales) y a la vez REDUCE el Sub ejercicio presupuestal dejándolo en “solo” 151 mil millones de pesos.
Es decir, en ausencia de esta reasignación presupuestal, el sub ejercicio del gasto rondaría los 248 mil millones de pesos al mes de Septiembre, mientras que los Ingresos Presupuestales caerían en más de 110 mil millones de pesos, incluyendo los ingresos que están tomando del Fondo de Estabilización, porque sin estos ingresos, la caída en ingresos presupuestales rondaría los 200 mil millones de pesos.
Apostarle ahora a que aumentará la producción de petróleo y contemplar que la economía crecerá al dos por ciento real en 2020, no augura buenas probabilidades de cumplimiento, y seguramente habrá de nuevo minusvalía en ingresos.
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.