El presidente chileno Sebastián Piñera enviará este miércoles al Congreso un proyecto para aumentar 16 por ciento el salario mínimo mientras cientos de automóviles se desplazan en caravana en demanda de que reduzcan los peajes, una de las muchas demandas sociales que alimentan las protestas que llevan casi tres semanas.
Piñera firmó la iniciativa que garantiza a aquellos que trabajan jornada completa y pertenecen al 90 por ciento de los hogares más vulnerables un ingreso mínimo de 350 mil pesos chilenos (9 mil 305.75 pesos mexicanos), que será proporcionado en forma de un subsidio estatal.
“Estamos respondiendo con hechos y no solamente con buenas intenciones a lo que la gente ha demandado con tanta fuerza”, afirmó Piñera al anunciar este miércoles el envío del proyecto. El salario mínimo actual se ubica en unos 7 mil 711 pesos mexicanos.
La medida beneficiaría a unas 540 mil personas, apuntó el mandatario, y la mayoría de estas ayudas estarán destinadas a pequeñas y medianas empresas. “Este es un beneficio que va a llegar al bolsillo y directamente” a los trabajadores chilenos, afirmó. “Con esto estamos dando un nuevo impulso a una agenda social”.
Mientras tanto, muchos de los accesos a Santiago se veían fuertemente congestionados por una nueva protesta.
En medio de un ruido ensordecedor de bocinas y pitidos y portando banderas chilenas, cientos de automóviles y camiones se desplazaban por las autopistas de Santiago, generando grandes congestiones de tránsito, en reclamo de que se reduzcan en 80 por ciento los peajes, se aplique una tarifa plana que no dependa de las horas de más tráfico y se condonen las deudas en peajes que tienen muchos chilenos.
El Ministerio de Obras Públicas “va a tener que pagar sí o sí” una parte de esta deuda, manifestó a periodistas Andrés Alarcón, dirigente del movimiento, quién afirmó que la manifestación se produce tras la reunión fallida de la víspera con ese ministerio.
Mi motivación para protestar “es la injusticia... son muchas cosas, las pensiones, la autopista, la luz, el agua”, comentó a la televisión local TVN uno de los manifestantes. “El tema del TAG (peaje) es algo que nos afecta a todos directamente”, agregó.
En tanto en las redes sociales se difundía una convocatoria a una manifestación en una de las zonas más adineradas de la capital para alejarse del centro y las inmediaciones de Plaza Italia, que llevan impresas las marcas de la revuelta social que estalló el 18 de octubre en las pintadas de los edificios públicos.
Aunque las protestas se suceden a diario a lo largo de todo Chile, durante las mañanas las ciudades luchan por recuperar la normalidad.
Este miércoles el metro de Santiago abrió a las 6 de la madrugada y estaban operativas 83 de las 132 estaciones de toda la red, una de las más afectadas por los destrozos desatados por las manifestaciones por mejoras en la salud, educación y pensiones y en demanda del fin de la desigualdad que ha marcado el modelo económico chileno.
Un alza en la tarifa del subterráneo detonó hace 20 días violentos saqueos, incendios y destrucción de la mayoría de las estaciones del metro que dieron paso a multitudinarias protestas en todo el país y obligaron a Piñera a ofrecer un paquete de leves mejoras sociales -que deben ser aprobadas por el Congreso-, cambiar a ocho de sus 24 ministros y proponer rebajas en los millonarios sueldos de los congresistas y un alza en los impuestos de quienes ganan más de 11 mil dólares al mes.