Editar genéticamente las células inmunes de un paciente con cáncer utilizando la tecnología CRISPR / Cas9, luego infundir esas células nuevamente en el paciente parece ser un método seguro y factible según los primeros datos del primer ensayo clínico para evaluar el enfoque en humanos que se está llevando a cabo en EE.UU.
Investigadores del Centro de Cáncer Abramson de la Universidad de Pensilvania han aplicado esta innovadora terapia en tres participantes que participan en el ensayo, dos con mieloma múltiple y uno con sarcoma. Lo primeros datos muestran que las células T editadas se expanden y se unen a su diana tumoral sin provocar efectos secundarios graves.
El ensayo clínico se está llevando a cabo en colaboración con el Instituto Parker de Inmunoterapia del Cáncer (PICI) y Tmunity Therapeutics.
«Este ensayo trata de dar una respuesta a tres preguntas: ¿podemos editar las células T de esta manera específica? ¿Son funcionales las células T resultantes? ¿Y es seguro infundir estas células en un paciente? Estos datos iniciales sugieren que la respuesta a las tres preguntas puede que sea afirmativa» señala el investigador principal del estudio, Edward A. Stadtmauer, MD, quien presentará los hallazgos el próximo mes en la Reunión Anual de la Sociedad Americana de Hematología en Orlando.
El enfoque en este estudio está relacionado con la terapia con células T CAR, que diseña las propias células inmunes de los pacientes para combatir su cáncer, pero tiene algunas diferencias clave.
El enfoque en este estudio está relacionado con la terapia con células T CAR, que diseña las propias células inmunes de los pacientes para combatir su cáncer, pero tiene algunas diferencias clave
Al igual que CAR T, los investigadores comienzan recolectando las células T de un paciente a través de una extracción de sangre. Sin embargo, en lugar de armar estas células con un receptor como CD19, el equipo primero emplea la edición CRISPR / Cas9 para eliminar tres genes. Las dos primeras ediciones eliminan los receptores naturales de las células T para asegurarse de que las células inmunes se unan a la parte correcta de las células cancerosas. La tercera elimina PD-1, un punto de control natural que a veces impide que las células T hagan su trabajo. En ese punto, se usa un lentivirus para insertar un receptor de células T (TCR) con afinidad mejorada, que comunica a las células T editadas que se dirijan a un antígeno llamado NY-ESO-1.
«Nuestro uso de la edición CRISPR está orientado a mejorar la efectividad de las terapias genéticas, no a editar el ADN de un paciente», puntualiza el autor principal del estudio, Carl June, MD, director del Centro de Inmunoterapias Celulares en el Centro de Cáncer Abramson. «Nos apoyamos en gran medida en nuestra experiencia como pioneros de los primeros ensayos para terapias modificadas con células T y terapias genética».
Las células T editadas por CRISPR no están activas por sí mismas como las células T CAR, explican los investigadores. En cambio, requieren la presencia de un antígeno conocido como HLA-A201, que solo se expresa en un subconjunto de pacientes. Esto significa que los pacientes tuvieron que ser examinados con anticipación para asegurarse de que sus tumores eran compatibles con el enfoque.
Los participantes que cumplieron con los requisitos recibieron otra terapia clínicamente indicada mientras esperaban a que se fabricaran sus células. Una vez que se completó ese proceso, los tres recibieron las células editadas por genes en una sola infusión después de un breve ciclo de quimioterapia.
El análisis de las muestras de sangre reveló que los tres participantes tenían las células T editadas por CRISPR expandidas y vivas. Y, aunque ninguno ha respondido todavía a la terapia, no se han observado eventos adversos graves relacionados con el tratamiento.
Nuestro uso de la edición CRISPR está orientado a mejorar la efectividad de las terapias genéticas, no a editar el ADN de un paciente
Los investigadores dicen que el número de ediciones realizadas en cada célula T significa que hay múltiples células posibles producidas y que el producto celular óptimo y más activo queda por determinar. Por ello, continúan analizando muestras de pacientes y dicen que necesitan un seguimiento clínico más prolongado para estudiar más definitivamente este enfoque emergente.
«Tmunity se enorgullece de ser parte del primer ensayo de EE. UU. en humanos con una terapia celular editada con CRISPR», señala Usman ‘Oz’ Azam, presidente y director ejecutivo de Tmunity. Estos datos proporcionan información clave sobre el desarrollo de terapias celulares alogénicas».
Si bien este estudio de seguridad de la fase 1 continúa y el análisis genético está en curso, los investigadores dicen que la viabilidad y la seguridad que han demostrado hasta ahora proporcionan optimismo de que el enfoque puede ser aplicable en múltiples áreas de investigación de terapia génica.