La carta de renuncia a Evo Morales tuvo que dar este martes media vuelta sin llegar a manos del presidente, quien se rodeó de miles de seguidores para defender su triunfo electoral ante los intentos de los comités cívicos opositores de echarle.
El líder del Comité Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, no pudo salir del aeropuerto de El Alto para entregarle la carta, mientras en la vecina La Paz el presidente se rodeaba de sus incondicionales en apoyo de su cuarta victoria consecutiva.
Mientras, sus detractores se siguen movilizando, ahora intensificando los bloqueos ante instituciones del Estado.
Camacho llegó la madrugada del martes a El Alto desde Santa Cruz, tras una multitudinaria asamblea cívica ante la que se comprometió a llevar en mano la renuncia del presidente por las sospechas de fraude en los comicios del 20 de octubre, que le dieron la victoria para un cuarto mandato consecutivo cuando todo indicaba que se iba a ir a segunda vuelta electoral con el opositor Carlos Mesa.
Pero Camacho ni siquiera pudo salir de la terminal del aeropuerto, en la que le esperaban grupos afines al presidente, que terminaron por romper el cordón policial y tuvo que ser protegido por los agentes que le condujeron a una avioneta militar que lo regresó a Santa Cruz.
Nada más al llegar a su ciudad, advirtió de que volverá a intentar llegar a la sede del gobierno boliviano con el pedido para que Evo Morales deje el poder después de más de 13 años.
Los que sí que llegaron a La Paz fueron miles de seguidores del presidente, que marcharon desde El Alto, uno de sus feudos electorales.
Ante ellos, Morales alertó de que “intentan” hacerle llegar una carta para consumar un golpe como el de 1980, cuando tras enviarle una misiva a la entonces mandataria Lidia Gueiler, el militar Luis García Meza la derrocó.