El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, hizo lo que no cualquier político mexicano lograría, llenar un recinto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Desde el pedestal instalado en el auditorio Simón Bolívar del antiguo colegio de San Ildefonso, sin miedo a reproches, se despidió de México con su último acto público y recetó a estudiantes, profesores y académicos una serie de políticas y consejos, que poco han sido respaldados en los ruedos legislativos mexicanos: aborto libre, el reproche a los poderosos, así como lo que llamó una economía regional.
“No saben la alegría que tengo de estar en la UNAM, modelo de universidad para América Latina”, lanzó en sus primeras oraciones, lo que provocó una tormenta de aplausos de varios cientos de estudiantes.
Comenzó su discurso con la relación histórica que Argentina guarda con México y agradeció al país que abrazó a sus compatriotas durante el periodo de la dictadura. Habló sobre su trayectoria en la academia, su gusto por la docencia y cómo Juan Domingo Perón llegó al poder en Argentina y dio universidad gratuita a los hijos de los trabajadores, lo que calificó como “un ascenso social”.
Los halagos para el presidente mexicano, con quien se reunió este lunes en Palacio Nacional, no faltaron.
“La primera bocanada de aire fresco que hubo para la región, fue el triunfo de Andrés Manuel López Obrador. Precisamente en el momento en el que un Presidente volvía a ver al suelo”, afirmó, lo que de inmediato generó un cúmulo de ovaciones.
El exjefe de gabinete de Kirchner aprovechó el espació para hablar ante los jóvenes sobre el gran desafío para América Latina, que a su parecer, “es el dejar de tener este estigma en el que nos convierte el continente con mayor desigualdad”.
También habló de inseguridad y de las causas que la generan, porque “las sociedades desiguales son las que más promueven el crimen”.
Recordó a Lula en Brasil, a Rafael Correa en Ecuador y a Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, “todos perseguidos” y quienes habrían marcado una época para transformar a un continente que terminó dividido, refirió.
“América Latina con la llegada en México de AMLO y yo allá en el sur, tenemos la oportunidad de barajear y dar de nuevo”, advirtió el argentino en alusión al frente que planteó el presidente venezolano Nicolás Maduro.
“Voy a trabajar incansablemente para unir a América Latina”, dijo al plantear la creación de lo que llamó una economía regional que ayude no solo a su país, sino a todo el continente.
“No reneguemos más de la globalización, reneguemos de nuestra incapacidad de estar unidos y lo mismo quiere AMLO y la inmensa mayoría de los latinoamericanos”, remarcó.
Se agotó el tiempo y la conferencia llegó a su fin, pero los presentes reprocharon, lo que derivó en una improvisada ronda de preguntas de los jóvenes mexicanos para quien gobernará Argentina.
Una joven, no mayor a 30 años, con un paliacate en verde mano, no dejó pasar la oportunidad para exigirle al kirchenrista una postura frente a un aborto libre, seguro y gratuito, a lo que el presidente electo respondió: “No me siento machista o ‘machirulo’, como dice Cristina” y “tampoco soy hipócrita”.
“Sos mexicanos y no escuchaste la campaña, pero a lo largo de la campaña pedí dejar de ser hipócritas y dejar el aborto”, porque, aclaró, “el aborto nunca debió haber sido un delito, a mí no me cuesta trabajo decirlo”, refirió, lo que nuevamente avivó las palmas del auditorio.
Enseguida, otro estudiante pidió un consejo para saber cómo la juventud debe evitar el neoliberalismo, a lo que el peronista de izquierda pidió: manifestarse y salir a las calles.
“Yo fui joven alguna vez, miren, la juventud es la conciencia crítica. El primer deber que tienen porque son la conciencia crítica de nuestras sociedades, es alzar la voz. Se los he pedido, cuando vean que no he cumplido lo que dije, salgan a la calle y díganmelo, porque la juventud tiene derecho a reclamar porque es su futuro”, puntualizó el presidente electo.
Al final de la conferencia, los asistentes despidieron con gritos de “presidente, presidente, presidente” a quien tomará la silla de Mauricio Macri en la Casa Rosada el próximo 10 de diciembre.