Hace 18 años apareció un título protagonizado por ese simpático «segundón» de los videojuegos, Luigi. La necesidad de cortar el cordón umbilical respecto a Mario tocaba. Y en su aventura terrorífica logró demostrar sus aptitudes. En un brillante regreso de la saga, «Luigi’s Mansion 3» demuestra la capacidad de retorcer el género y llevarlo a un nuevo nivel de inmersión.
Todo en esta aventura está medido al detalle. Concebido para fomentar la investigación y la exploración. Las ubicaciones, los escenarios, los objetos. Forma parte de un todo que parece girar alrededor de la figura del personaje, cuya misión principal es descubrir los secretos del hotel de lujo para desbaratar los planes del villano, el malvado Rey Boo. El objetivo final es salvar a todos, por supuesto también a Mario. Pero es el Hotel Gritz un protagonista más.
La batuta la lleva Luigi que, armado con una serie de artilugios, va superando las interminables pruebas que se le ponen de por medio. Como si fuera un cazafantasmas, el jugador debe analizar e investigar habitaciones en busca de objetos necesarios. No existen en la práctica pistas. La mayoría de los rompecabezas están bien integrados en la historia. Lo hacen de manera muy natural que apenas se sienten pesados. No revierten grandes problemas. En ocasiones, y son los momentos más interesantes, es necesario enfrentarse a jefes finales que vienen en forma de fantasmas.
Cada uno tiene sus propias debilidades, que hay que descubrirlas. Se van complicando constantemente y, para eliminarlos, hay que tirar de ingenio, a veces paciencia, pero mucha integridad a manos de las herramientas que porta Luigi, cortesía por cierto del profesor Fesor. Una de ellas, la más importante, es un aspirador; la succionaentes GOM-1L. Sirve para atrapar a los espectros, recoger monedas. En fin, para muchas cosas.
Ficha técnica
Disponible
Nintendo Switch
Desarrollador
Next Level Games
Género
Aventura
PEGI
7 años
Precio
43.95 euros
Luego va adquiriendo nuevas habilidades como una ventosa o escáner, así como un divertido y práctico truco que crea una copia de gominola, llamado Gomiluigi, que sirve para traspasar rejas y escurrirse por lugares estrechos en ciertos momentos necesarios. Cada nivel tiene su propia identidad. Viene marcado por un piso; algo ingenioso. Pero para poder alcanzarlo es necesario superar todos los obstáculos previstos. La atmósfera tiende al suspense, aunque hay momentos alocados. Y más conforme se va viendo ya el desenlace. Lo más llamativo es la desbordante inteligencia para abordar los puzles, las plataformas y los enfrentamientos que vienen articulados y que le confieren una impresionante versatalidad. Como pocos lo saben hacer.
Con un impresionante nivel de detalle técnico una alegría gráfica, la propuesta logra convertir a situaciones de cierta tensión en un divertimento muy bien logrado que se extiende a unas 15 horas. Aunque se disfruta en solitario, el juego permite jugar en un modo cooperativo local en caso de poder separar los mandos Joy-Cons de la consola, aunque también en multijugador online. Ahí surge la oportunidad de pasar por la Torre de los desafíos, que permite convocar hasta ocho jugadores para «limpiar« de fantasmas la mansión.