Nueve miembros de una familia de mormones de nacionalidad mexicana y estadounidense, entre ellos seis menores de edad, fueron asesinados el lunes en el norte de México en un violento ataque que se sospecha que podría haber sido perpetrado por sicarios del crimen organizado, según informó el martes el secretario (ministro) de Seguridad, Alfonso Durazo, durante una rueda de prensa en la que también participó el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador.
«El saldo de la agresión son nueve fallecidos, tres mujeres y seis menores; hay seis menores lesionados, una menor ilesa y una menor presuntamente desaparecida», indico Durazo a los medios de comunicación en la rueda de prensa que el gobierno celebra cada día a las 7 de la mañana. El asalto se produjo en un camino rural entre los estados norteños de Sonora y Chihuahua, cuando un grupo armado emboscó a la familia que viajaba en un convoy conformado por tres mujeres y 14 menores repartidos en tres vehículos.
Durazo explicó que la zona donde ocurrió el ataque es un área en disputa entre una célula relacionada con el Cartel del Pacífico y otros grupos. «Hay que aclarar si los mataron sin saber quiénes eran o si fue un ataque directo», matizó López Obrador, ya que la familia viajaba en tres rancheras Chevrolet Suburban por una zona rural cuando fueron asaltados, por lo que existe la posibilidad de que fueran confundidos con miembros de otro cártel.
Sin embargo, se especula que los criminales podrían tener alguna motivación de atacarles porque las víctimas son miembros de la familia LeBarón, una conocida comunidad de mormones asentada en México desde hace varias décadas. Los LeBarón han sufrido en el pasado secuestros y asesinatos de sus miembros por parte las organizaciones criminales, situación que han combatido enfrentándose a las bandas de narcotraficantes locales y denunciando públicamente los elevados niveles de violencia que sufre el país centroamericano desde hace años.
Perseguida por el narco
La familia LeBarón es una comunidad de mormones asentada en 1942 en México por Alma Dayer LeBarón. Desde entonces, sus miembros han prosperado a través de la producción de nueces en su granja ubicada en Galeana, un municipio ubicado a pocos kilómetros de la frontera con Estados Unidos dentro del norteño estado de Chihuahua.
Desgraciadamente, el asesinato de nueve de sus miembros a manos de un grupo armado es el último episodio de una larga lista de agresiones que han sufrido los Lebarón por parte del crimen organizado. En 2009, el apellido Lebarón se hizo conocido en todo México tras el secuestro de Erick LeBarón, entonces de 17 años. Un grupo criminal exigió a la familia un 1 millón de dólares, sin embargo, los LeBarón iniciaron una dura campaña mediática y lograron la liberación de Erick sin pagar un centavo.
Pero en julio de ese año, Benjamín LeBarón y Luis Widmar Stubss —otro miembro de la comunidad— fueron asesinados por un grupo criminal debido a su activismo contra la violencia. Desde entonces Julián LeBarón, uno de los integrantes de la familia, se convirtió en un conocido activista e inició un movimiento para denunciar la inseguridad que sufre México.