Eemmanuel Macron ha decidido fijar cuotas de inmigrantes que podrán entrar legalmente en Francia, estableciendo un «techo» y «objetivos» cifrados del número muy preciso de inmigrantes que se aceptarán anualmente en regiones y sectores laborales necesitados de mano de obra cualificada.
Aquí, el funcionamiento de la política migratoria en España e Italia.
España
El Gobierno de España apuesta por una «inmigración ordenada», que en su opinión sólo será posible con la creación de una política reforzada de cooperación al desarrollo en los países de origen y tránsito y con la implementación de nuevas vías de acceso a Europa. Fundamental para el Ejecutivo es la convicción de que ningún país puede abordar este fenómeno de manera aislada.
En términos prácticos, lo que Pedro Sánchez ha hecho este 2019 es reducir la inmigración ilegal africana al 50% a fuerza de lograr financiación europea para Marruecos, que ha reforzado su colaboración en tres ejes: control de su costa mediterránea, rescate de pateras y caza a las mafias que trafican con personas.
Italia
Italia tiene establecida una política oficial de cuotas para trabajadores no comunitarios. Según la circular del Ministerio del Interior del 9 de abril 2019, la cuota para este año se fijó en 30.850 trabajadores. El Ministerio de Trabajo y de las Políticas Sociales los repartió entre las regiones, según sus necesidades. La mayoría, 18.000, que procedían de 30 países no comunitarios, fueron destinados fundamentalmente a trabajos en los sectores de agricultura y turismo. El actual Gobierno pretende ser más flexible que lo fue el anterior ministro del Interior, Matteo Salvini, cuyo lema era: «Primero los italianos, porque tenemos tres millones de personas en paro».