La diosa Minerva, con su escultura de bronce, observa desde las alturas a los viandantes de calle de Alcalá. Ahora, impasible, sus vistas se quedarán tapadas, durante un año, por los andamios que «decoran» la cara visible del Círculo de Bellas Artes. Por primera vez, tras casi un siglo de historia, la icónica y protegida fachada del edificio está siendo reformada. Los trabajos se centrarán en la restauración del buen estado de la pared, limpieza, nueva iluminación y mejora térmica y acústica de los aislamientos para lograr un edificio más eficiente energéticamente. Hasta ahora, explican desde el Círculo de Bellas Artes, solo se habían realizado trabajos de pintura.
En estos momentos, las obras, que se encuentran en la primera fase, se basan en realizar la revisión del estado de conservación de los elementos constituyentes de la fachada, como los relieves escultóricos, cornisas, balaustradas y frentes de balcones. También la de los elementos ornamentales, como columnas, detalles en cerámica vidriada, dinteles decorados y hasta la diosa Minerva. También están llevando a cabo las limpiezas iniciales de los paramentos y otras superficies.
El Círculo de Bellas Artes cuenta con la aprobación de la Comisión Local de Patrimonio Histórico y la Consejería de Cultura para acometer los trabajos, que tienen un coste de más de un millón y medio de euros desembolsado íntegramente por parte delCírculo. «Particularizaremos los tratamientos de la superficie, en función de los distintos materiales que conforman la fachada, desde granito a mármol, pasando por piedra de Novelda, cerámica, latón y bronce», dicen responsables del edificio a ABC. También se realizarán trabajos de acabado y protección de los diferentes elementos que componen la obra edificada por Antonio Palacios.
La actual sede se inauguró el 8 de noviembre 1926 en el número 42 de la céntrica vía. Pero antes había tenido ocho ubicaciones, desde que se creó, en 1880, como un espacio para la tertulia y el café de un grupo de artistas que pretendían levantar en la capital su propia Casa de las Artes, en la que conversar libremente y exponer y vender sus obras. Ahora está reconocido como un «Centro de Protección de las Bellas Artes y de Utilidad Pública» y Bien de Interés Cultural desde 1981.
Palacios, en su obra, pretendió combinar la grandiosidad arquitectónica y ornamental con la función artística y cultural.El inmueble adquirió, «un destacado valor inconográfico en la escenografía urbana de principios del siglo XX», explican desde el Círculo de Bellas Artes. Tanto es así, que Federico García Lorca, bajo un seudónimo, escribió: «¡Oh, qué bello edificio! ¡Qué portento! (...) La ciencia con el arte aquí se alía / en tanta perfección, que en aqueste soneto solo intento / a mil enhorabuenas dar la mía».
Para llevar a cabo la remodelación, se ha contratado a la empresa Kalam, encargada de las obras de la fachada del Banco de España, el edificio Metrópolis e, incluso, el Palacio de Versalles de París.