Para saber si Carolina Bescansa (Santiago de Compostela, 48 años) es, como dice su biografía, de Santiago, hay que preguntarle si hizo la París-Dakar, la ruta de 160 metros que va del bar París al bar Dakar, entre los que hay medio centenar de tabernas. “Por supuesto que no. Eso es de estudiantes de fuera, los de Santiago no la hacemos”, responde bajo un castaño en el Panteón de Galegos Ilustres, donde ha dejado flores a Rosalía (en Galicia es sacrilegio añadir De Castro) y Castelao.