A los dos meses de nacer Beyoncé, su padre las abandonó a ella y a su madre, y no volvió en varios años. Cuando regresó tuvo una segunda hija, Solange, y ya no volvió a dejar tirada a su familia. En 1988, La hija mayor ganó el Baby Junior Award en un concurso de canto organizado por Sammy Davis Jr. y se le encendió una bombilla. Dejó sus negocios de distribución de equipamientos médico a un lado, se convirtió en manager de Beyoncé y cuatro años después ya tenía su propio sello, En 1992 fundó su propio sello discográfico, Music World Entertainment, y comenzó a buscar oportunidades para Girls Tyme, el grupo que diseñó para lucimiento de su hija, y que pronto cambiaría de nombre para convertirse en Destiny's Child, una girl-band que sería disuelta más tarde para facilitar el lanzamiento de la carrera solista de Beyoncé.
En 2009, mientras aún estaba casado con la madre de Beyoncé y Solange, Tina Knowles, se se descubrió que tenía dos hijos fuera del matrimonio, uno con la actriz Alexandra Wright y otra con una mujer de Texas. Tina pidió el divorcio, y Beyoncé ordenó una auditoría para comprobar si su padre también la había estado engañando a ella con sus negocios. En 2011, ella y su hermana despidieron a su padre como manager, y la relación se enfrió hasta casi congelarse. Sin embargo, el nacimiento de Blue Ivy, el hijo de Beyoncé, hizo que las aguas volvieran a su cauce y se retomara la relación familiar. Ahora no es que sean uña y carne, pero al menos hay cordialidad entre ellos.
Todos estos sucesos, que sirven para poner en situación al lector que no conozca la vida de Mathew Knowles, están vetados como objeto de conversación en la charla que nos concede con motivo de su visita a España, que no es otro que dar una conferencia en el festival BIME, que esta semana está reuniendo en Barakaldo a grandes popes de la industria discográfica. Mathew es Licenciado en Economía, Doctor en Humanidades y en Administración de Empresas, y tiene un MBA en Planificación Estratégica y Cultura Organizacional.
¿Qué temas trata en sus charlas?
Cuento mi historia, mi pasado, mi presente y mi futuro. Sobre todo hablo sobre emprendimiento en el sector de la música.
¿Qué hay en el futuro inmediato para su compañía, World Music Entertainment?
El año 2020 va a ser muy importante para Destiny's Child. Primero vamos a publicar un disco de canciones inéditas, que saldrá en diciembre. También habrá un libro que contará la historia del grupo, y ya el año que viene, estrenaremos un musical sobre la banda, y un videjuego inspirado en ella. En 2021 también quiero tener listo un gran documental sobre el legado de Destiny's Child, así que tenemos cinco o seis proyectos muy interesantes por delante.
¿Cuándo se dio cuenta por primera vez de que sus hijas tenían potencial para ser iconos del pop?
Beyoncé nació antes, y con ella empezó a los seis años más o menos. En casa siempre había mucha música, y ella absorbió todo eso. Lo mismo pasó con Solange. Cuando vi que tenían interés real, pasión por la música, que era algo más que un hobby para ellas, me puse manos a la obra para impulsar sus carreras. Las estrellas más grandes del pop, como Michael Jackson, comenzaron de un modo parecido, a los seis o siete años, y con el impulso de sus padres.
Ser su padre, ¿facilitaba o dificultaba su labor como manager?
Cuando decidí convertirme en manager de Beyoncé, volví a la escuela y estudié todo lo necesario sobre management de artistas y producción, y asistí a seminarios por todo el país para seguir aprendiendo y empezar a establecer una red de contactos. Para mí fue una transición laboral muy importante en mi vida, pero creí que era el momento. Cuando llevé la carrera de Detiny's Child, fue difícil para mí, porque al ser padre de Beyoncé, era más duro con ella que con el resto de las chicas. Pero creo que aquello fue esencial para que Beyoncé creciera más que las demás como artista.
¿Qué le parece el deseo que muchos de los nuevos artistas parecen tener de ser famosos lo más rápido posible?
Yo lo llamó «éxito de microondas». Una de las cosas más importantes que enseñé a mis hijas es a aprender del fracaso. El fracaso siempre es una oportunidad para crecer, no una razón para abandonar. Les dije que en sus carreras habría mucha gente que les diría «no» en muchas ocasiones. Les dirían que no a sus canciones, a sus letras, a su imagen, y hay que ser lo suficientemente fuerte para perseverar, y para empezar de cero las veces que sea necesario. Cuando creces como artista cometes errores, igual que en la vida. Significa que te estás moviendo.
¿Qué otras claves hay en el éxito de una carrera musical?
Además del talento, la paciencia y la perseverencia, necesitas tener un buen equipo. El management, la estrategia, son importantes. Hay que visualizar dónde quieres estar dentro de seis meses, y dentro de seis años.
¿Le gustó Spotify desde el momento en que surgió? ¿O tuvo recelo, como muchos otros profesionales de la industria?
Me encantó desde el primer momento. Mucho antes de que la gente entendiera el streaming y empezarlo a aceptarlo, yo ya lo veía como la nueva realidad del negocio. Lo vi como una nueva oportunidad para hacer crecer el negocio. Y creo que tenía razón, porque las suscripciones a estos servicios no paran de crecer.
La música latina es ahora muy potente precisamente gracias al streaming. ¿Le agrada esta música?
Me encanta la música latina. Beyoncé ha hecho cosas de música latina, y en mi catálogo tengo varios artistas de habla hispana.
¿Cree que la música latina seguirá en lo más alto mucho tiempo?
En realidad aún no lo está, en lo más alto sigue estando el hip-hop y el R&B. Pero está creciendo, y sí, creo que seguirá haciéndolo en los próximos años.
Imagino que está muy orgulloso de lo que ha significado Beyoncé para el empoderamiento femenino en la industria de la música.
Muy orgulloso. Han conseguido hacer un impacto real en el mundo. Mi familia ha dejado huella en este planeta.
He leído que ha invertido en la industria del cannabis, y que es director de marketing de una empresa del sector. ¿Por qué decidió entrar en este negocio?
Lo decidí hace un año más o menos, porque después de investigar el tema, y de hablar con inversores muy expertos, comprendí que la industria del cannabis va a ser el siguiente Silicon Valley. Estamos hablando de un negocio que moverá entre 50 y 70 mil millones de dólares en los próximos cinco años. Estoy invirtiendo pronto en algo que va a ser un gran negocio, tal como hicieron los que invirtieron pronto en Silicon Valley, y que ahora son multimillonarios.
