Hace ahora un año se libró de su penúltima propuesta de sanción por echar las cartas del tarot mientras ejercía como juez en Lugo, pero la suerte en esta ocasión no se ha puesto de su parte. La Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha impuesto a la magistrada María Jesús Pérez García, conocida como la juez «pitonisa», una sanción de dos meses de suspensión por la tramitación de expedientes de indulto. El Tribunal Superior de Justicia de Galicia había informado al Consejo de que esta juez asumió una competencia, en este caso sobre internos de centros penitenciarios, que es exclusiva del Gobierno a través del Consejo de Ministros. La juez llegó a conceder indultos parciales al menos a tres presos. La Fiscalía los impugnó y fueron anulados por la Audiencia Provincial.
Los vocales la han sancionado en esta ocasión por una «falta muy grave de ignorancia inexcusable» del artículo 417.14 de la Ley Orgánica del Poder Judicial que habría cometido cuando era titular del juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 3 de Lugo, donde estuvo destinada entre noviembre de 2016 y junio de 2019.
En la actualidad ejerce en el juzgado de Violencia sobre la Mujer número uno de A Coruña, pese a sus polémicas declaraciones sobre la ley de violencia de género, que, en su opinión, como puso de manifiesto en una entrevista, «no vale para nada».
No es la primera vez que Pérez García es expedientada en su carrera como juez. Ha sido investigada por haberse ido al gimnasio retrasando la puesta en libertad en un detenido, por fumar en la sala de vistas, por faltar al respeto a supuestas víctimas de violencia de género. E incluso hay abogados que aseguran que en anteriores destinos a los de Lugo –pero también en Galicia– ha llegado a acudir a los juicios acompañada de su gato.
También hace unos meses trascendió un vídeo grabado por ella misma para buscar pareja en un programa de televisión dedicado a citas. «Hola. Me llamo María. Estoy buscando el amor en los First Dates. Tengo 56 años pero como veréis, represento muchos menos y, por eso, quiero un hombre más joven. O, aunque sea como yo, pero que se conserve muy bien. De todas formas también me importa el interior. Prefiero que comparta mis aficiones. Sobre todo el deporte, los animales y el mundo esotérico. Un saludo», decía mirando a cámara.
La suspensión de dos meses es sensiblemente inferior a los siete que proponía el promotor de la acción disciplinaria por su «palmaria» incompetencia para tramitar indultos. En el expediente anterior no llegó a ser castigada al anularse la cámara oculta como prueba de que echaba las cartas en su casa.
