Ted Gonder es padre de tres hijos y aunque solo tiene 29 años, lo que ha vivido ha sido tan intenso que le ha servido para reflexionar sobre ello. Las conclusiones a las que llegó decidió, sin embargo, no quedárselas para sí mismo sino compartirlas publicándolas en su Facebook. Tal ha sido la repercusión que ha conseguido que su carta viral a su «yo sin hijos con 24 años sobre cómo debería ser el mejor compañero para su pareja» haya sido compartida por más de 56.000 personas.
El joven, que reside en Chicago (EE.UU.), empieza su texto: «Ahora tengo 29 años y tres hijos con mi esposa Franziska, quien los llevó en su interior y les dio la vida. Esto es lo que le diría a mi YO de 24 años y sin hijos acerca de cómo ser un verdadero socio en el tu pareja pueda apoyarse durante la crianza de los hijos». Así, sus conclusiones son:
1. «Tu esposa llevó al bebé en su vientre durante nueve meses. Así que, ahora, debes llevar tú al bebé en tu pecho durante los nueve meses posteriores y en cada oportunidad que tengas. Así, no solo la ayudarás a recuperarse, sino que crearás un vínculo con tu hijo mucho más fuerte de lo que jamás imaginaste».
2. «Tu esposa está con la lactancia y aunque sea algo hermoso es también agotador. Así que cambia cada pañal que puedas. Desde el primero y en adelante. Rápidamente te harás un experto y ayudarás así a prevenir los desequilibrios y resentimientos en la relación. De hecho, cuando todas las amigas de tu mujer se estén quejando de lo ausentes e insolidarios que son sus maridos, tu mujer presumirá de ti».
3. «Hazle un descafeinado todas las mañanas. Incluso si se le olvida tomárselo o se le enfría porque se vuelve a la cama de lo cansada que está mientras tú llevas a tus otros hijos al colegio. No olvides que ella ha estado casi toda la noche despierta amamantando a vuestro bebé, así que ayúdala de esa manera a empezar bien el día y con ánimo».
4. «Dile lo guapa que es, especialmente cuando se sienta mal, esté más vulnerable y critique su propio cuerpo. Recuérdale los momentos en los que logró metas en el pasado. Recuérdale que es una superheroína. Literalmente, logró que todos los órganos de su cuerpo se desplazaran y ha ganado 20 kilos para darte un hijo que será el mayor regalo que jamás recibirás durante el resto de tu vida. Ayúdale a que vea más allá de sus problemas de imagen corporal y se mantenga centrada en un objetivo positivo».
5. «Sé comprensivo. Las hormonas están locas, tanto durante el embarazo como después del nacimiento. Por eso, ella no es la misma todos los días y a veces dirá cosas que realmente no siente. Recuerda que tu trabajo es ser su roca, así que debes mantener la calma y alejarte para no decir cosas de las que luego te arrepientas. La normalidad volverá pronto, y cuando ocurra, ella te estará muy agradecida por no haberte resentido ni molestado cuando sus emociones hicieron de las suyas».
La publicación tuvo tanto éxito que quiso agradecer, también a través de Facebook, todos los comentarios recibidos. Incluso ha sido entrevistado en medios americanos. «Mi increíble esposa ha dado a luz a tres hijos en 5 años, así que muchos de mis mayores aprendizajes han sido sobre cómo ser un compañero de apoyo antes y después del nacimiento», explicó a «Good Morning America».
Fue durante su baja de paternidad cuando reflexionó sobre todo ello. Y aunque reconoce que no sabía del impacto que iban a tener sus palabras, explicó que «los comentarios más comunes provienen de mujeres que etiquetan a sus parejas masculinas agradeciéndoles ser 'su roca'». Y habló de cómo el papel de ser padres está cambiando: «Creo que esto dice algo acerca de un grupo creciente de hombres de hoy que tienen el coraje y la fuerza para pensar más allá de su rol masculino tradicional hacia cómo pueden ser un verdadero 'cofundador familiar' con su esposa».
De hecho, en una nueva publicación en su Facebook aconsejó: «Sé el tipo de hombre que mejora la reputación de los hombres». Para el joven, es mejor ser un varón que se preocupa por su mujer, actúa en consonancia con ella o critica su propia pereza y no culpa a los demás, en vez de ser aquel que se queja por todo o que, incluso, espera que su pareja, recién parida, le haga también la comida.
