La tapia del monte del Pardo separa una frondosa masa forestal de un gigantesco descampado de 1.000 hectáreas. Se trata del antiguo polígono de Valverde, en el distrito de Fuencarral-El Pardo, que se extiende como una árida y vieja herida que nunca llegó a conectar la naturaleza con la capital. La reivindicación vecinal impidió que a finales de la década de 1970 estos terrenos fueran convertidos en más de 30.000 viviendas. Protegido como una zona verde en 1992 al integrarlo en el
Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares
, el Ayuntamiento ha intentado en los sucesivos mandatos reforestarlo. Mañana, en Cibeles, se debatirá de nuevo si se le da una segunda oportunidad al proyecto de la futura «Casa de Campo del Norte».
La proposición que elevará al pleno municipal el Grupo Municipal Vox es la recuperación del proyecto que en su día impulsó Ecologistas en Acción y que ha contado con el visto bueno de los equipos de los exalcaldes populares José María Álvarez del Manzano y Alberto Ruiz-Gallardón. La proposición contempla que «en 2020 se inicien las actuaciones necesarias para convertir el polígono de Valverde en el segundo parque forestal más grande de Madrid», solo por delante de la Casa de Campo, que tiene 1.600 hectáreas. De hecho, se trataría de un «pulmón» casi diez veces más grande que el parque de
El Retiro.
En la actualidad, este espacio tiene zonas que pertenecen a suelo público y otros rincones son de privados. También hay algunas instalaciones que son titularidad del Canal de Isabel II. A ambos lados de los caminos de tierra, llenos de baches, que sirven de abrupto acceso a algunas de las parcelas, la imagen más habitual es la de la degradación. Sobre el suelo donde se quieren plantar 750.000 nuevos árboles, ahora hay escombreras ilegales.
El proyecto, que ya estudiaron los técnicos municipales en su momento, contempla la adquisición de terrenos y la reordenación de espacios para albergar un nuevo bosque mediterráneo, dotado de zonas estanciales, áreas deportivas, sendas y paseos peatonales, un circuito ciclista y hasta una lámina de agua para actividades deportivas y recreativas.
Importancia social y ambiental
Fue Santiago Martín Barajas, en nombre de Ecologistas, quién acudió en 1995 al despacho de Esperanza Aguirre, la entonces primera teniente de alcalde, para presentar su plan. Durante el año siguiente, los técnicos evaluaron la medida con la intención de llevarla a buen término. Aquel primer paso en firme quedó aplazado cuando ese mismo año Aguirre abandonó la corporación municipal para encabezar el Ministerio de Educación y Cultura en el recién estrenado Gobierno popular de José María Aznar.
Años después, ya con Alberto Ruiz-Gallardón al frente de Cibeles, Martín Barajas volvió a la sede consistorial para recabar apoyos al plan. Acogido con agrado, el exalcalde llegó a incluir el proyecto en el programa electoral del PP en 2007. La apuesta por terminar a tiempo el soterramiento de la M-30 y el parque de Madrid Río dejó en un segundo plano de prioridades el impulso de la «Casa de Campo del Norte». Después, Ana Botella, con la crisis ya encima, no tuvo opción ni de llegar a plantear una obra de esta envergadura.
Las tapias que separan el monte del Pardo con el polígono de Valverde
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ABC
Ahora, más de dos décadas después, Vox buscará el consenso en Cibeles con el objetivo de garantizar la ejecución de una iniciativa que abarcará varios mandatos. «Es un proyecto de ciudad. Seguramente, muchos de los actuales concejales no estemos para inaugurarlo, pero tenemos la obligación de dejar una ciudad mejor para las futuras generaciones», afirma a ABC el concejal Fernando Martínez-Vidal, quien rubrica la propuesta y que defiende que es importante «actuar cuanto antes» en el polígono de Valverde para «evitar que se agrave más la situación».
Desde Ecologistas, por su parte, destacan la importancia del plan tanto desde en el plano «medio ambiental» como «social». «La creación de esta importante zona verde serviría como garantía de conservación de las más de 1.000 hectáreas, donde poder crear un bosque mediterráneo sobre las escombreras», indica Martín Barajas en declaraciones a ABC.
Además, subraya, esta zona verde serviría como «colchón protector» del monte del Pardo frente a la zona urbanizada de Madrid. «Desde el punto de vista social es evidente que el proyecto es sobradamente interesante para los barrios cercanos», añade el activista. Según los cálculos de ambos impulsores, se tardaría una década en culminar, por lo que pedirán al resto del hemiciclo municipal «mirar más allá de los próximos cuatro años».