Es el
carril bici más peligroso de Madrid
, pero, a priori, el tramo de la calle de Alcalá entre la del Marqués de Cubas y el Banco de España no está entre los que el actual equipo de Gobierno revertirá por su poco uso, la siniestralidad o por generar cuellos de botella en el tráfico de la ciudad. Por ello, las plataformas ciclistas reclaman que es «urgente» modificar esta vía para que deje de ser «un punto negro» para la movilidad ciclista
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Las alarmas saltaron en noviembre de 2017, cuando un usuario de Bicimad falleció tras ser atropellado por un camión cuando circulaba por el carril destinado a las bicis. «Urge su reforma inmediata. Si realmente les preocupa la seguridad, tienen que tomar medidas en ese carril bici, porque es objetivamente peligroso», indica a ABC el colaborador del blog En Bici por Madrid, Iván Villarrubia.
«Los autobuses, las paradas y la pendiente pueden estar influyendo en la cantidad de accidentes que se acumulan aquí desde hace años», explica el experto. Este enclave tiene la tasa más alta de accidentes de toda la ciudad: se producen 6,32 siniestros por cada 100.000 kilómetros recorridos en bicicleta. «El cruce de Alcalá a la altura del número 44-45 es un punto negro, basta con pasar allí un rato para observar numerosos conatos de accidentes», añade.
La reversión del carril bici de la Gran Vía de Hortaleza será la primera. Y el Área de Medio Ambiente y Movilidad ya estudia la manera de modificar los de los bulevares y de Toledo. Sin embargo, desde En Bici por Madrid advierten en el caso de los bulevares «no se puede volver a la situación anterior».
«No se puede devolver el carril bici de Bulevares (Chamberí) al tráfico general porque es demasiado estrecho para lo que marca el reglamento de tráfico», apunta Villarrubia, que insiste en que su reconversión, al no ganar carriles para los coches, «no soluciona el embudo que existe en los extremos de la calle». «No vemos urgente su reversión porque no solucionaría el problema del tráfico en la zona, no ha habido accidentes con bicis implicadas y, en este caso, es de los cuatro carriles bici más utilizados», arguye.
En cuanto al de la calle de Toledo (Arganzuela), el experto reconoce que «los carriles bici que están en una cuesta pronunciada pueden ser peligrosos por la verticalidad». De hecho, este es un caso llamativo: su pendiente, cercana al 6%, podría generar un gran peligro en bajada al llegar al concurrido cruce de Pirámides, pero sólo se produjo un accidente en todo 2018 que pudiera achacarse a este diseño, 9 veces menos que el de Alcalá. Villarrubia lo achaca a que el ancho generoso del carril bici permite una completa visibilidad. Si se revierte, desde en Bici por Madrid prefieren que se convierta en un carril bus-taxi.