LOS CAMPEONES son seres primarios y extremadamente egoístas que solo ven la vida a través de su ombligo y la vida solo consiste en ganar, ya sea a las chapas, al póquer o una carrera de 110 metros con vallas en un estadio olímpico. Les gusta ganar por las recompensas que reciben a cambio. Compiten por la gloria, un concepto abstracto que se alcanza en los cielos y que en la tierra se traduce en dinero y en el derecho a ser admirado, reconocido como el mejor y venerado por todos, y a recibir un telegrama de felicitación de su rey o su presidente, y pasados 40, 50 años, a la memoria, al recuerdo, a vivir como dicen en las películas que viven las viejas estrellas del cine: rodeados de fotos del momento.