Gobierno, autonomías y rectores debatirán tras años de polémica. El Ejecutivo no se plantea una prueba única de acceso a la universidad pero sí más homogénea
La prueba que da acceso a la Universidad, Selectividad, va a ser revisada desde mediados de noviembre por una comisión técnica. Es la primera vez que ocurre desde que se instalase hace un lustro el debate sobre si los bachilleres compiten en igualdad de oportunidades por una plaza. El Gobierno en funciones no quiere que exista una prueba única para toda España —eso exigiría una reforma de los planes de estudios que dan margen a las autonomías para decidir parte del temario— pero sí certificar que hay homogeneidad en los contenidos y los criterios de selección de las cuatro asignaturas obligatorias y la penalización de las faltas de ortografía. A la mesa se sentarán los rectores, los ministerios (Educación y Universidades), las comunidades autónomas y los estudiantes.