Las juergas de Metallica eran tan míticas que, cuando sus fans les apodaron “Alcohollica”, ellos se hicieron camisetas con este sobrenombre. “Destrozábamos camerinos porque era lo que se esperaba de nosotros”, confesó James Hetfield, cantante, compositor y guitarrista. Y añadió: “Luego te llegaba la factura. Al acabar la gira no teníamos dinero porque lo habíamos gastado en reponer los muebles. Una vez un colega y yo nos empeñamos en meter el catering por la rejilla de ventilación de mi tráiler y, como no cabía, decidimos hacer boquetes. Acabamos destrozando el tráiler. El promotor nos dijo que había tenido la misma conversación con Sid Vicious y Keith Moon y yo pensé que eso molaba mucho. Pero luego recordé que ambos están muertos, así que quizá no molase tanto. Estaba claro que tenía que solucionar mis mierdas”.